RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 30 de septiembre de 2016

SÁBADO 1: COMIENZA ESE OCTUBRE CON EL QUE CULMINARÁ EL PLAN PARA MERCHE

El sábado teníamos que partir hacia Onil, Alicante, donde íbamos a disputar un trail de 25 kilómetros, en una segunda ocasión ya que a finales de mayo nos habíamos desplazado hasta allí pero a última hora el Gobierno de la Generalitá Valenciana la suspendió por riesgo de incendio. No madrugué mucho pero sí que me levanté un poco antes que el resto de la familia para salir a mover un poco las piernas. Iba a ser una sesión sin pretensiones y eso acabo siendo. Salí con pocas ganas pero lo cierto es que poco a poco me fui sintiendo cada vez más cómodo, pero no apreté porque había que reservarse para lo de Onil. Completé un circuitillo en la zona del aeródromo de 8 kilómetros y tras la pertinente ducha hice mi maleta. Un poco antes de las 12 del mediodía salíamos los cuatro a tierras alicantinas.

De esta forma abría este mes, el último de preparación antes de la Doñana Trail de primeros de noviembre.




JUEVES 29: MERCEDES BATE SU RÉCORD DE KILOMETRAJE ACUMULADO Y EL OPTIMISMO INSEGURO

Optimismo inseguro, lo podría definir mientras escribo estas palabras como ese estado de ánimo que te lleva a querer ser positivo pero no saber si ese querer es sólo una intención o si por el contrario es una realidad. Yo creo que Mercedes ese haya en inmersa en ese estado. Sé que está mejor que nunca pero ella no lo sabe, o al menos no lo interioriza. Ayer jueves Mercedes consiguió algo que no está al alcance de toda mamá de 43 años, con trabajo a jornada completa, una casa por llevar sin nadie que te ayude lo suficiente y dos hijos por continuar educando: se marcó unos fabulosos 77 kilómetros en cinco sesiones (la del sábado, las dos del domingo, la del martes y la de ayer). Aún así no acaba de verse con positividad y es que supongo que hasta que no corramos la Doñana Trail no podremos extraer conclusiones. El ritmo no fue gran cosa ni lo pretendíamos ya que el domingo tenemos un trail exigente de 25 kilómetros y no hay que forzar. En cualquier caso hicimos 1 hora y 18 minutos en 11 kilómetros justos y las piernas de Merche están en la onda, que es lo importante.

Con este entreno yo también finiquité la semana con unos buenos 95 kilómetros, que debe estar en lo más alto de kilometraje semanal en los últimos seis meses.

 


MIÉRCOLES 28: EN ELLO ESTOY PERO ELLO ESTÁ POR LLEGAR

"Estar por llegar", frase que denota expectativa. No es lo mismo algo que está o algo que ya llegó a algo que esperas que venga. Personalmente prefiero la "espera", palabra de seis letras que coincide en las mismas con otra que me encanta "esperanza". En mi caso eso que aguardo ya llegó pero no se quedó y ahora estoy sentado en ese vestusto banco esperando el paso por el cielo de la siguiente estrella fugaz que se quiera dejar ver.

En mi particular banco el miércoles sucedieron más cosas: estaba con el mono de faena dispuesto a liquidar una fecunda semana,  y además tocaba probar un poco eso de la intensidad para ver si ese jarabe que últimamente tanto se me atasca al tragar consigue entrarme mejor y curar de esta forma mi ansiedad por revivir momentos mejores. Tras el calentamiento, ya de noche, comencé a cronometrar cambios de ritmo exigentes exprimiendo durante dos minutos y medio mis piernas para ver si sangraban, y fui comprobando dos cosas: que no estoy lo suficientemente bien como para estar contento, pero que no estoy lo suficientemente mal como para desesperar. Ya mediada la primera parte de la sesión se me agarró un dolorcillo encima de mi rodilla derecha, donde terminan los músculos del muslo, dolorcillo de tipo eléctrico, que denota carga, agarrotamiento, síntoma de que no acaban de rodar las cosas todo lo bien que quisiera. En cualquier caso conseguí cuajar el entreno hasta el final de los 10 kilómetros que recorrí y quedé satisfecho por continuar con el buen hacer en esta semana. Eso sí, cometí un error muchas veces antes cometido, no estiré apenas, y generé más caldo de cultivo para este bichejo que me impide ser todo lo feliz que me gustaría en esto del running.




jueves, 29 de septiembre de 2016

MARTES 27: ACTIVANDO A MERCHE EN SU SEMANA DE MÁS CARGA

Tenía estimado que Mercedes llegase esta semana a 80 kilómetros, en lo que sería su récord absoluto de carga kilómetrica en una semana, todo de cara al plan que estamos llevando a cabo para la Doñana Trail de primeros de noviembre y hasta este momento todo está saliendo muy bien, lo cual me asusta si de running y Merche hablamos. Con el pedazo de fin de semana que nos salió realizando tres sesiones de 12,7+23+20 entre sábado y domingo, el lunes mi mujer descansó, pero el martes le tocaba nuevamente calzarse las zapas. Se encontraba bien, sin carga, pero es cierto que cuando se puso a dar las primeras zancadas se sintió cansada. Yo, sin embargo, encontré las buenas sensaciones desde el comienzo. Nos fuimos a la falda del Cerro del Ángel en plena noche a ritmo medio para ella, suave para mi y bajamos por la vía de servicio metiendo una marcha más. Continuamos hasta Felix Solís con buena cadencia para las pretensiones que tengo para ella y llegados al Parque Cervantes dimos dos vueltas a un circuito de algo menos de 2 kilómetros tratándole de exigir un poco más. Regresamos a casa tratando de no bajar el pistón y aunque se sintió cansada como comentaba al comienzo, no tuvo molestias y pudimos completar unos 10,3 kilómetros bastante buenos para nuestro plan. 

De esta forma ella ya sumaba 66 kilómetros y con poco logrará mejorar la marca de 72 que consiguió en la semana de mayor carga para la Maratón de Málaga en la tercera semana de noviembre de 2015.

En cuanto a mi, a día de hoy y añadiendo el interval de ayer miércoles ya sumo 84 kilómetros hechos con bastante buen feeling, y es que como decía en una entrada anterior quisiera ver el camino ante mi y conseguir recorrerlo.

 

martes, 27 de septiembre de 2016

LUNES 26: Y SE ABRE ANTE EL MI EL CAMINO A SEGUIR


En estos momentos veo el camino, sé hacia donde ir, así que he de hacer de la intención acción y cruzar esa distancia. Intuía que con el cambio de zapatillas pasando de las Mizuno Wave Rider que me han durado 3 meses a las Mizuno Wave Precision (que logré repescar en internet) todo iría a mejor, y así ha sido, sólo he necesitado unas sesiones para encontrar las buenas sensaciones y comprobar como desparecían las molestias musculares que últimamente siempre estaban presentes. Así es más fácil llevar a cabo un plan de entrenamientos, se puede meter intensidad y progresar, por tanto espero seguir viendo el camino y sobre todo espero comenzar a recorrerlo.

A pesar de todo ayer lunes estaba muy cargado debido al doblaje de 43 kilómetros del domingo. Me costó arrancar y mis pretensiones eran cortas. Pero transcurridos los primeros minutos y conforme entré en calor empezaron las buenas sensaciones. Subí el Cerro del Ángel sin problemas y bajé cómodo por el carreterín, pero lo mejor estaba por llegar. Cogí cada vez más ritmo hasta lanzarme con buena zancada hacia la Avenida de las Tinajas. Tomé por la vía de servicio hacia el Parque y seguí disfrutando de unos minutos que han brillado por su ausencia en la mayoría de los entrenos de estos últimos meses. En el parque tan sólo pasé de largo, no dí vueltas al recinto, y es que no quería alargar más la sesión. Cerca de 8 kilómetros que me dejaron un buen regusto a miel. Como decía, deseo seguir viendo el camino...

lunes, 26 de septiembre de 2016

DOMINGO 25: 43 KILÓMETROS EN DOS SESIONES. ¡EL DOBLAJE QUE NOS DEJÓ "DOBLADOS"!

El domingo era el día en el que íbamos a entrenar dos cuestiones importantes: primero, la voluntad de hacer un buen montón de kilómetros repartidos en dos entrenos en unas pocas horas sabiendo que tras hacer la primera sesión aún quedaría la obligación de hacer una segunda casi tan larga como la primera. Merche iba a batir su récord absoluto de kilómetros en un solo día: 43 kilómetros, pero no había que hacerlos de un tirón, algo que estoy seguro que hubiéramos podido realizar, sino en dos sesiones, una matutina y otra vespertina, de 23 y 20 kilómetros respectivamente. No era el momento de entrenar el comer, ni de entrenar las paradas técnicas, ni tan siquiera el ritmo, tan sólo eso: acometer un día de acumulación de cargas repartida en dos momentos. Ya veniamos preparados con la carga adicional del sábado, así que a resultas el reto era correr casi 56 kilómetros repartidos en 32 horas.

Así que el domingo por la mañana salimos yo con lo justo para correr: camiseta de tirantes, pantaloncillo y zapas, ni tan siquiera garmin o crono y Mercedes algo más provista, con su chaleco Salomon cargado con un litro de agua y un par de barritas de turrón energético. No madrugamos, no era necesario, así que a las 09:40 nos poníamos en marcha para hacer un circuito que discurría por el carril bici, cementerio,  la Finca La Gatera, el Centro de Adiestramiento Canino de la Carretera de San Carlos del Valle, Paraje del Peral en su parte alta, Camino Carretas y Camino de Membrilla y de ahí a casa. Yo incómodo desde el kilómetro 10, incómodo muscularmente y Merche bien, eso sí, sin dejarse la piel, y asi nos salió la tirada en 2 horas y 29 minutos a un ritmo aproximado de 6´30´´ a reloj corrido pero sin paradas.

Ya a la tarde teníamos una nueva cita, y en esta ocasión lo dos íbamos sin peso extra, con lo justo, con zapatillas más ligeras y también corría cierta brisa que hacía más llevadera la carga. Asi que fuimos al Parque Cervantes, dimos una vuelta al recinto, de ahí a Felix Solís, falda del Cerro del Ángel, camino entre los Cerros de la Aguzadera, Camino del Bajo Peral, Paraje del Peral y vuelta por el Camino del Peral. Desde el principio a buen ritmo y no dejé que Merche se relajara, yendo muchos kilómetros por debajo de 6´10´´, ritmo constante y con buenas sensaciones para los dos. En el Peral nos refrescamos un poco y sólo al final se le hizo más cuesta arriba a mi mujer debido a la falta de energía. 2 horas y 5 minutos para 20 kilómetros justos y creo que con esta doble sesión habíamos superado un test importante que nos daba confianza de cara a la Doñana Trail de dentro de 5 semanas.


domingo, 25 de septiembre de 2016

SÁBADO 24: ¡A COMENZAR UNA SEMANA QUE SEA RÉCORD DE KMS PARA MERCEDES!

Toca semana de carga kilómetrica y para este finde he previsto una barbaridad en forma de obstáculo para mi mujer: tres sesiones en dos días, pero sobre todo las dos últimas sesiones, las del domingo buscan acumular 43 kilómetros repartidos en dos entrenos de 23 y 20 (por la mañana y por la tarde). En el momento de escribir estas líneas ya habíamos acumulado unos nada desdeñables 35,7 kilómetros y en poco más de una hora saldremos a cerrar el círculo con la última tirada de esta trilogía.

Pero como decía, ayer sábado tampoco nos escapamos de nuestras obligaciones; nos fuimos por el Camino de Don Bernardo hasta el kilómetro 6 y desde ahí cogimos la senda que pronto nos devuelve por el camino que corta el Camino de las Casas de Santa María, por el cual regresamos. No fuimos a un gran ritmo, pero sí de forma constante a unas horas en las que el calor ya se hacía notar. Finalmente 1 hora y 18 minutos para 12,70 kilómetros a un ritmo medio de 6´08´´, pero lo importante en esta ocasión no era lo rápido que hacíamos el recorrido sino cargar las piernas para lo de hoy.


viernes, 23 de septiembre de 2016

JUEVES 22: QUERIDAS ZAPAS VIEJAS AQUÍ UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Ya comenté en una entrada en la primavera de 2015 lo que me había ocurrido con unas viejas Mizuno Wave Precision, modelo que me acompañó en las zancadas que di en 2011 hasta el punto de llegar a gastar hasta 3 pares. Pero el fue el tercero el que trajo algo distinto a este cuento. Desde el comienzo aquella version no me sedujo y las acabé metiendo en la caja y olvidándome de ella. Estuvieron en el auténtico ostracismo durante más de 3 años hasta que en enero de 2015 las desenpolvé sin saber muy bien si tirarlas al contenedor o volver a calzármelas, y esto último hice. No sabría decir la razón de por qué las sensaciones fueron tan buenas; en aquel entonces yo estaba muy regular muscularmente y no había manera de coger ritmo pero durante tres estupendos meses las estuve machacando con un montón de entrenos rápidos que me pusieron a tono, hasta tal punto que en abril de aquel año conseguía volver a correr una media maratón en 1 hora y 22 minutos, mi tercera mejor marca. Realmente lo pasé mal cuando tuve que jubilarlas, porque están descatalogadas y sería dificil volver a calzarme unas. Pero...


Pero mire usted por donde a través del mercado de segunda mano hace unos meses que me hice un un par totalmente nuevo y ayer me lo calcé para probarlas, tras el uso que les he dado a sus primas hermanas, las Rider, que las tengo ya bastante machacadas. El caso es que desde el principio logré encontrarme muy cómodo y suelto y la posición de mi pisada me invita a correr más de puntera, justo aquello que descubrí en 2015. En esta guisa ayer Merche y yo hicimos casi 10 kilómetros, una parte de los mismos en el Parque Cervantes y la otra pasando por la falda del Cerro del Ángel, y me sentí estupendamente. Ahora pienso que si las gasto no sé si podré encontrar otro par de unas zapas que hace más de 3 años que ya no se hacen.


jueves, 22 de septiembre de 2016

MIÉRCOLES 21: VAMOS A POR LOS 100 KILÓMETROS PERO CON MOLESTIAS

Día importante el de ayer: fijando retos y soñando con ellos, y además descubriendo nuevos sonidos que ayuden a dar atrezo al sentimiento. Y como no...corriendo, esto últimocomo casi todos los días. Pero no nos engañemos, no es lo mismo correr una tarde cuando todo te agobia y todo son prisas y preocupaciones; a veces sudas y esto ayuda a desconectar pero otras simplemente dificulta más la jornada. Prefiero tener una sesión cuando ocurren emociones paralelas en ese día, es entonces cuando correr es casi un complemento perfecto, y esto es lo que hubiera ocurrido ayer casi al anochecer si no hubiera sido porque fue un entreno intenso y cuando meto intensidad lo de disfrutar pues, ¡va a ser que no!, no hay forma últimamente.

Cogí el Camino del Bajo Peral y tomé en el kilómetro 4 y pico el camino de vuelta, ese que pasa por la parte de atrás del aeródromo. Desde el minuto 15 me autoimpuse un régimen de cambios de ritmo a razón de 2 minutos y 30 segundos fuertes y otros 2 minutos y medio suaves, y que voy a contar, pues que cuando meto caña comienzan las molestias musculares, así que en la mayoría de las fases no me encontré muy bien. Sé que puedo correr mucho más rápido si de capacidad cardiovascular se trata, pero las piernas se quejan, como por ejemplo las articulaciones de las rodillas, y se hace complicado. En cualquier caso no salió un mal entreno, ya que el menos el ritmo no fue malo y pude aguantar las complicaciones comentadas. 

Unos 10 kilómetros que me acercan a los 100 que pretendo hacer esta semana, y también suponen la reintroducción de sesiones más duras, ¡que no quedan más que 5 meses para Castellón!


miércoles, 21 de septiembre de 2016

THE HEAD AND THE HEART: SE CIERRA UN CAPÍTULO Y OTRO SE ABRE

Siempre habrá en tu vida días de descubrimiento y sentirás como algo se renueva, comprobando que no todo es lo mismo y así de esta forma la sorpresa entrará en tu corazón y lo alegrará durante un buen tiempo. 

Hoy es de esos días: ha comenzado como un inicio de propósitos y está terminando con un descubrimiento, el de un nuevo grupo que de repente se me ha metido en los rincones y ha dado sentido a algunas cosas que estaban apagadas. Ya tengo retos y un nuevo grupo


Sí, el tercer disco de este grupo que hasta ahora era un perfecto desconocido para mi se llama Signs of Light, curioso el título que viene como anillo al dedo para describir muchas cosas en estos días.Son señales de luz las que estoy buscando, las que quiero atisvar en el horizonte. El otro día tocaron en Madrid, la primera vez que lo hacían en España y llenaron la sala, se acabaron las entradas con mucha antelación. Escuchándoles lo entiendo.


RECAPITULEMOS Y ORDENEMOS RETOS

Hemos llegado hasta aquí por un largo camino aunque pareciera que no fue tan largo, como si casi fuera ayer cuando comencé a tomarme en serio esto de correr a principios de junio de 2010. Haciendo cálculos por encima sé que he recorrido con mis zancadas más de la mitad del perímetro de la Tierra y eso es mucho para alguién como yo que ya no hacía nada ahí apoltronado en el sofá. Los retos han ido pasando ante mi, uno tras otro, al principio algo más lights para acabar siendo más serios, más exigentes y en líneas generales los he ido superando, aunque me encontré por el camino muchas sombras y algún que otro disgusto. Y aquí me encuentro queriendo y no sabiendo cómo seguir pataleando la otra mitad del globo. Ahora lo más inmediato es la obligación y el deseo de acompañar a mi mujer en su gran desafío: el de los 73 kilómetros de la Doñana Trail. Quiero pensar que todo va a salir bien y será una aventura tan importante como si el reto fuera propiamente mío; se podría decir que es un reto compartido. Pero después intuyo que vendrá otro invierno lleno de dudas, como los que vengo viviendo; estoy inscrito a la Maratón de Castellón y si no doy con la tecla del avance no me veo corriendo rápido allá, y sería una pena.

Pero qué pasa con Mercedes: ella sí que está on fire, con lo de su primera ultra y la Maratón de Castellón. Está en clara progresión y si no se le tuercen las cosas va a vivir unos meses muy importantes y emocionantes, esperemos con final feliz.

Para ir entrando en calor, el domingo 2 de octubre tenemos el Trail de Onil, aquel que fue suspendido a finales de mayo por riesgo de incendio. Será una competición aunque deberemos tomárnosla como un entreno de calidad.

Así que Javi, ponte nuevamente las zapas que hoy toca salir a ver si hacemos una primera semana digna de entrenos, la primera de una larga serie.


MARTES 20: OTRA VEZ CON MERCEDES PERO ESTA VEZ CON ALGO DE CUESTAS

Otra vez con mi mujer, otra de noche y los dos con ganas de asimilar la carga de esta semana y ver si por fin progresamos. En el caso de ella la mejora es evidente y pronto lo podrá plasmar, si no hay nada raro. En mi caso el tema es más complicado con mi particular "quiero y no puedo" y "ahora lo vuelvo a intentar". Pero querría que al menos las cosas fueran bien para uno de los dos, y que el esfuerzo se viera recompensado de esta forma. Tocó correr de noche, por una sencilla cuestión de horarios y Mercedes volvió a encontrarse bien, a punto. Yo no me encontré mal tampoco, y el fresquito volvió a ayudar. Subimos el Cerro del Ángel campo a través sin mayores problemas para ella, bajamos a buen ritmo por el carreterín y cogimos buen ritmo por la vía de servicio sentido Madrid. Regresamos algo más lentos pero sin relajarnos, por el camino que rodea y finalmente metimos dos marchas más por el Camino de Membrilla en alguna fase por debajo de 5´el kilómetro, ritmo al que ya se está acostumbrando Merche. Unos neve kilómetros y medio que sumaron muy bien


LUNES 19: ENTRENO BREVE PERO INTENSO PARA MERCEDES

Ya no hay curso y ahora dispongo de más tiempo así que no hay muchas excusas que poner si no salgo a correr. Llega el momento de ponerse el mono de trabajo y avanzar. Pero no todo es tan fácil; si bien el tiempo acompaña mucho, ahora da gusto correr con esta temperatura, es también cierto que las noches llegan antes y ya toca correr con el frontal. Anteayer salimos Merche y yo para hacer una breve sesión sin muchas pretensiones, pero la verdad es que desde las primeras zancadas la cosa apuntó directamente a entreno rápido. Ella se encontraba bien así que conseguimos hacer una especie de fartlek desordenado en el que por momentos nos poníamos claramente por debajo de 5´el kilómetro (estimo que a 4´30´´), aunque no fue un ritmo constante y tenía momentos de recuperación. Finalmente nos salieron 7,5 kilómetros en 41 minutos a una media de 5´28´´

martes, 20 de septiembre de 2016

DOMINGO 18: COMENZÓ BIEN PERO NO TERMINÓ COMO ESPERABA

El domingo por la mañana, antes de irnos de viaje, me calcé las Mizuno y cogí la Carretera de San Carlos del Valle para luego coger el camino que sube al Peral. Buenas sensaciones, de esas en las que sientes la carga del día anterior (que fue casi una maratón a un ritmo majo), pero que también notas que el cuerpo te pide marcha. Subí por el camino muy bien, sintiéndome fuerte, y llegué al Peral quizá acusando ese esfuerzo a nivel muscular. La vuelta supuso dos fases: la primera buena, aprovechando la bajadita metí dos marchas y las piernas respondieron, pero cuando quedaban kilómetro y medio comencé a sentir bastantes molestias que me hicieron bajar el pistón hasta el modus descalentamiento y no me encontré muy bien en esta fase.

Algo más de 14 kilómetros hacia la esperanza


SÁBADO 17: MERCEDES SE CUAJA UN ENTRENO DE CASI UNA MARATÓN AL 85% DE SU TOPE

Estaba por llegar ese entreno que nos dijera a las claras que Merche ESTÁ más que nunca. El domingo teníamos viaje a Madrid por lo que decidimos pasar la tirada larga al sábado, la que iba a ser la antepenúltima macrotirada antes de la Doñana Trail. Marqué un circuito totalmente llano (89 metros de desnivel positivo en 41,5 kilómetros). Se trataba de ir hacia la Vega (camino del Bajo Peral hasta el Camino Carretas y luego coger una senda que nos llevaría casi directos a Consolación, un barrio de Valdepeñas que se encuentra entre Valdepeñas y Manzanares en plena autovía AIV. Allí teníamos previsto comprar agua en la gasolinera y coger un camino hacia Finca Castellanos en el pie de Sierra Prieta, a unos 9 kilómetros de la gasolinera para desde allí, con algún rodeo regresar a Valdepeñas por la zona de la Carretera de Ciudad Real. Yo salí con la mochila y dos botellitas a medias con isotónica, también algo de comida en forma de turrón y barritas. Merche iba con su chaleco Salomon pero con sus botellitas flexibles vacías, por no llevar peso. ¡Como se nota el fresquito de la mañana!, invita a correr y de hecho eso ocurrió, que cogimos ritmo y decidí que no deberíamos soltarlo, así que cuando pronto nos vimos por debajo de 6´15´´ insté a Merche a que fuera valiente y conservara la cadencia. Como iba cómoda no nos costó ir bajando la media y llegar a la gasolinera Repsol no nos costó mucho, de hecho invertimos poco unas 2 horas en realizar los más de 18 kilómetros y medio, a una media por debajo de 6´19´´. 

Ya en gasolinera decidí parar el crono y no ir a reloj corrido. Iba a ser un entreno de ritmo y no era cuestión de estresarnos mucho, así que nos comimos una chocolatina, fuimos al baño, llenamos las botellas con el agua comprada y nos pusimos en marcha tratando de recuperar la cadencia, cosa que hicimos sin muchos problemas. Cogimos el camino que llevaba a Finca Castellanos haciendo algunos kilómetros en 6´pelados, es decir, continuaba la buena marcha, pese a que ya hacía algo más de calor y las piernas no iban tan frescas. En el par de paradas breves que hicimos decidí parar el crono y llegamos a Finca Castellanos, en el kilómetro 27 conservando todo lo conseguido. A medio kilómetro de la finca nos alcanzaron dos ciclistas, mire usted por donde eran mi hermana Mari Carmen y mi cuñado, que nos acompañaron algo menos de dos kilómetros, en pendiente positiva, y nos ayudaron a llevar mejor esta parte más durilla del recorrido. Luego vino la prolongada bajada hasta el cruce de caminos donde teníamos que tirar a la derecha y alejarnos un poco, pero íbamos tan bien que decidí cambiar el recorrido e ir directamente a casa, sacrificando algo menos de 3 kilómetros de entreno, pero tratando de conservar el ritmo, algo que Mercedes logró, incluso marcándonos kilómetros en 6´pelados cuando lo que estaba haciendo era una casi maratón por caminos, con peso y calor. Una crack. Finalmente salieron 38.120 metros a una media de 6´19´´ en 04:00 horas. Por hacer una comparación, en Helsinki hace poco más de un año hizo 04:15 en una maratón por asfalto y el sábado habría podido bajar de 04:20.

JUEVES 15: CORRIENDO EN MANZANARES CON NARCISO A LA HORA DE COMER

Había ocurrido que el miércoles tampoco había salido a correr, claro, coincidiendo que era mi penúltimo día de curso y correr con el horario tan apretado es casi una locura (demasiado bien he llevado estos meses). Con la conciencia algo tocada por ello, a eso de las 14:05 me calzaba las zapas y salía a hacer un circuitillo clásico en Manzanares, exigido desde el comienzo, y sintiéndome nuevamente bastante suelto. De nuevo ocurrió que no sé el ritmo que llevaría puesto que no lo iba midiendo. Sin embargo me iba guiando por las sensaciones, a ver si esta guía me lleva por buenos derroteros de una vez por todas. Así fue como en el horizonte a unos 300 metros divisé a un corredor, que intuí que debía ser de Membrilla por la zona donde me lo encontré, así que metí otra marcha más y me fui acercando poco a poco a él. En seguida me dí cuenta de que se trataba de Narciso, del Club Atletismo Membrilla. Así que me puse en paralelo a él y fuimos corriendo un buen rato. El caso es que pronto nos picamos y el ritmo no era inferior a 4´30´´. No es que fuera muy cómodo pero esa cadencia es algo que puedo hacer, obviamente, y más si voy con compañía; el mayor problema era el viento en contra que llevamos hasta las inmediaciones de Manzanares. Él se desvió tomando dirección hacia su pueblo y proseguí mi camino, eso sí, bajando inmediatamente el pistón, que no estaba para muchas florituras. Llegué bastante cargado a la bodega, volviéndose a constatar que NO acabo de estar, y eso lo noto con poco que fuerzo. Y no es que esté lesionado, es que no cojo la forma, o al menos no cojo el ritmo.

El viernes volvió a haber otro descanso, el tercero de una semana muy rara, pero al menos conseguí acumular 75 kilómetros, similar a la anterior.

 




MARTES 13: OTRA VEZ EL CIRCUITO DE LA VEGA PERO AHORA CON MERCHE

El día anterior me había procurado un descanso que no estaba planificado en una de las semanas en las que más "vago" he estado desde hace mucho tiempo. Como es costumbre, Mercedes y yo salimos a correr juntos el martes, antes del anochecer, y el circuito elegido fue el mismo que el del sábado, el de la Vega. Fuimos a buen ritmo, la llevé bastante apretada, casi siempre por debajo de 5´45´´ el kilómetro y se ve que le están sentando muy bien las tiradas muy largas porque a las pocas horas se encuentra con ganas de correr y con buenas sensaciones. De hecho no sufrió nada pese a la exigencia a la que la sometí, haciendo los algo más de 13 kilómetros en unos buenos 1 hora y 13 minutos, esto es a 5´37´´, pedazo de ritmo teniendo en cuenta que los dos primeros kilómetros fueron de calentamiento, que era de noche, recorrido algo duro y por caminos en su mayoría.


SÁBADO 10: EL CIRCUITO DE LA VEGA CON EL FRESQUITO DEL OTOÑO

El otoño se adelantó el sábado de hace 10 días, cuando aquella mañana decidí salir a hacer el circuito que siempre llamo de la Vega. Con el ritmo entre ceja y ceja, esa era mi obsesión, pero también con tanta inseguridad que no me atrevía ni tan siquiera darle al crono para no llevarme una decepción. Me encontré bien, en parte seguramente debida a la temperatura agradable que hace que esto de correr sea más fácil, y en parte porque en esta nueva fase tan sólo necesito ponerme a tono para encontrar las sensaciones que busco, es decir, si no corro más rápido es por falta de planificación, ya no es por ningún en forma de lesión o molestia. No puedo saber el tiempo que tardé en realizar los algo más de 13 kilómetros del circuito, pero al menos terminé con buen sabor de boca pensando que el entreno había sido lo suficientemente intenso como para que me sirviera y además me había ayudado a acumular kilómetros.


DOMINGO 11: LA CONQUISTA DE LA SIERRA DE MORAL DE CALATRAVA. OTROS 40 KILÓMETROS

Siento que es como un sueño, un sueño agradable... Nos levantamos bien temprano, no se nos olvida ningún detalle: la mochila, el agua, la isotónica, las sales, las barritas, etc, etc, etc, y nos vamos los dos juntos a realizar pequeñas (o grandes) locuras que duran 4-5 horas. Nunca lo hubiera imaginado porque a Mercedes en otro tiempos siempre la había dado la espalda a cualquier tipo de práctica deportiva, ¿quizá porque nunca había probado?. Ahora cada vez le quedan menos pasos que recorrer para convertirse en la primera valdepeñera ultrafondista, aunque para ello tenga que superar los 73 kilómetros que separan la Puerta de Jérez de la capital hispalense de la Ermita de la Virgen del Rocío (esta duda se despejará a primeros de noviembre).

Pues bien, el sábado día 10 había programado una magnifica tirada larga aprovechándome de la ruta que un ciclista de bici de montaña había dejado en la wikiloc. No sabía exactamente como saldría porque íbamos a recorrer zonas que no conocía en absoluto. Se trataba de recorrer las Sierras de Moral y de Siles y una parte de la Sierra Prieta, unos 40 kilómetros que se antojaban duros, con casi 500 metros de desnivel positivo y terrenos irregulares.























Dejamos el coche en la gasolinera de la entrada de Moral de Calatrava e inmortalicé a Merche antes de salir...Estrenaba chaleco Salomon que a toro pasado puedo decir que le encanta.


Tras corretear por algunas de las calles de la localidad vecina cogimos el paseo que subía paralelo a la Carretera que lleva a Manzanares.



La mañana bien fresquita, como nos gusta, pero pronto el asfalto se convirtió en duro camino pedregoso y con buena pendiente. Tocaba bregar por terreno irregular hasta llegar al Volcán La Mesnera, en el kilómetro 8 y medio de nuestra ruta.




La foto que eché no hace justicia a la estampa del volcán antes citado. Por ello pego otra sacada de internet.



Continuamos por el camino, cada vez más llano y las piernas agradecieron que dejásemos de ascender. Desde ese momento tocaba transitar en modus "tobogán" con constantes subidillas y bajadas, todo dentro de la gran superficie de estas sierras. Eso sí, tuvimos que saltar una cadena que cruzaba ambos márgenes del camino, y desobedecimos el cartel que nos decía que era propiedad privada y coto de caza, prohibido el paso. Tocó en los minutos siguientes tranquilizar a Merche que ya estuvo toda alerta esperando que apareciese alguién en forma de guarda y nos hiciera retroceder o "huir hacia adelante".



Al fondo se sigue viendo el volcán...

Pasamos por un cortijo muy grande pero nadie nos dio el alto y pasamos por una senda bien ancha bordeada por jaras muy verdes, como se ve en la foto de abajo. Unos metros más adelante se interponía en nuestro camino una gran puerta de hierro con el candado echado, así que por unos instantes pensé que estábamos bien fastidiados...



Pero no, simplemente la cosa tenía truco ya que al investigar un poco descubrí que rodeando la casa no había valla y se volvía a salir al camino. La foto de abajo es ya en la otra parte, justo fuera de la finca privada.



Un par de kilómetros más adelante dimos con el GR 169, o lo que es lo mismo, el camino de gran recorrido número 169, que no me constaba que pasara por aquí, pero debe estar recién homologado. Lo han hecho, según creo, coincidiendo con el recorrido de la Cañada Real Soriana, siempre sustentado por numeros carteles de la Diputación Provincial y las señales de pintura horizontales de color blanco y rojo. Seguimos la ruta que marcaba hacia el Azuer.


Avanzamos y avanzamos hacia el norte, bajo las indicaciones del Garmin hasta que por fín aparecimos en la Carretera Moral de Calatrava-Manzanares. Estábamos a poco más de un kilómetro de la Fuente de Siles, el único manantial importante del Término Municipal de Valdepeñas. Como se aprecia en la foto, los cuatro caños que tiene echaban un buen chorro. El problema es que en la piedra decía bien claro que era agua NO potable, por lo que Merche no sólo decidió no beber sino que también se negó en rotundo a llenar agua ni tan siquiera para refrescarnos. Bien sabía yo que esto nos pasaría factura.

Llevábamos casi 19 kilómetros a un ritmo muy irregular, debido a las dificultades del terreno a la pendiente y a que tampoco llevábamos prisa. Ahora tocaba coger nuevamente el PR 169 subiendo por un cerro bastante empinado....



La cuesta tenía su dureza pero sin duda esta zona fue la más bonita de la parte del recorrido que no conocía. También fue probablemente la más técnica.




Había que regresar no exactamente por los mismos lugares, pero sí en sentido contrario. De hecho había algún tramo que coincidía tanto de ida como de vuelta. El problema fue que a esas alturas del día el calor ya estaba pasando su minuta, así que uniendo este handicap a los kilómetros acumulados entramos en una fase de más dureza, la que discurrió entre el 23 y el 31...


Perdimos en bastantes ocasiones el ritmo y tuvimos que realizar breves pero numerosas paradas técnicas para refrescarnos o comer algo. Tuvimos que parar en alguna ocasión en algún abrevadero artificial para mojarnos la cara y la nuca (no nos importó que el sitio estuviese dispuesto para los animales).

Y así fue como llegamos a la Finca La Peralosa cuando alcanzábamos el kilómetro 31. Merche llevaba en ese tramo un pajarón tremendo que le duró dos o tres kilómetros más. Eso sí, un gel consiguió desatascar el problema. Desde la mencionada finca hasta Moral de Calatrava era justamente un tramo que conozco bien y que incluso Mercedes ya ha hecho, pero eso no fue suficiente para endulzar unos kilómetros que se hicieron verdaderamente duros. Pasamos por delante de los repetidores que tres meses antes habíamos subido con los del Extenuación Valdepeñas y seguimos por el Camino de Peñalba hacia la zona de cañadas naturales que se abre entre los montes más abruptos de la zona. Menos mal que Merecedes allá en el 33 ya se había recuperado y con dicha recuperación ya llevaba otra estampa y también otro ritmo. Alcanzamos el camino pedregoso que cada vez se va haciendo más ancha y también cada vez más practicable hasta que se convierte en una pista ancha y llana que lleva cuesta abajo a Moral de Calatrava, y de esta forma fuimos finiquitando esta aventura, eso sí, en la última fase comencé a encontrarme bastante regular (luego descubrí que estaba falto de sales como se demostró con los calambres que me llegaron). De esta forma, 5 horas y 15 minutos después llegábamos a la gasolinera tras haber cubierto 40,2 kilómetros y haber salvado casi 500 metros de desnivel positivo. No parece un gran registro, aunque sea a reloj corrido, pero como decía al comienzo de la entrada, el entreno era duro y no teníamos prisa, se trataba de entrenar una larga distancia en condiciones desfavorables.

Los Aquarius, que fueron varios, no saciaron suficientemente nuestra sed. La botella de litro y medio de agua que nos bebimos después sí que ayudó más. El problema surgió mientras conducía de vuelta a casa, cuando se me agarraron dolorosamente los gemelos, síntoma claro de falta de sales (no me había tomado ninguna sal). 




jueves, 15 de septiembre de 2016

MIÉRCOLES 8: DÍAS DE BREGA Y CORRIENDO, PERO EL VIERNES....

Escribo estas líneas hoy jueves día 15, el día en el que termino el curso que comencé a primeros de abril y que tantos sacrificios me ha supuesto. Los miércoles han sido días duros, al igual que los lunes y los jueves, así que no lo iba a ser menos el miércoles de la semana pasada. Tocó madrugar tras el tute de doblaje del martes, y la verdad es que me sentí bien cuando me vi con las zapas puestas dispuesto a corretear. Subí el Cerro del Ángel campo a través y noté que me sentía agotado, bajé por el carreterín y cogí la vía de servicio para en seguida tomar el camino de la derecha que me bordea el cerro. Bajé suave por el terreno labrado, que me sirve para fortalecer tobillos y cogí el camino para terminar la sesión fulminando los últimos tres kilómetros de asfalto del Camino de Membrilla. No fue un gran entreno, pero fue de esos que te hacen sentir bien porque los haces cuando realmente cuesta hacerlos, cuando no tienes tiempo y estás agotado. Fueron unos 10 kilómetros que sumaban requetebién a lo que llevaba de semana, pero aún quedaba lo peor: la manera en la que terminé la semana. El estrés del miércoles me dejó deshecho, tanto que no pude madrugar el jueves y decidí no correr al mediodía, así que decidí no correr; esto no estaba en el guión pero no importaba, haciendo un buen entreno el viernes salvaría la semana. Sin embargo el viernes al regresar del trabajo tenía la cabeza demasiado llena de problemas y aunque me vestí para la ocasión y salí a correr hice algo que no recordaba en toda esta última etapa como corredor: salir a correr y decidir un minuto después que no quería correr, así que di una vuelta a la manzana de aproximadamente un kilómetro, que se me hizo eterna debido a la desmotivación que me invadía y me recogí en casa.

Ni que decir que este episodio me hizo sentir muy mal las siguientes horas. Y esto me ocurrió sin sentir molestias físicas que minaran mi cabeza.

Había cerrado una semana que pese a sus sombras también había tenido sus luces, aunque más de lo primero que de lo segundo. Un total de 77 kilómetros demasiado irregulares.



MARTES 6: DOBLANDO PARA CURARME DEL DESCANSO DEL LUNES

El entreno del domingo me dejó regular, tanto que el lunes decidí tomarme un descanso para lograr recuperarme; bueno, eso y que tocaba impartir curso en Campo de Criptana y o bien corría por la mañana bien temprano antes del curre de Manzanares o bien al mediodía, así que ni una ni otra, descanso. Por tanto el martes tocaba recuperar el terreno perdido, ¡y bien que lo recuperé!. Madrugué para irme a correr cuando recién salía al Astro Rey, pero ya no sale tan temprano, así que no me quedaba mucho tiempo si quería llegar a tiempo a mi trabajo. Fuí a buen ritmo y bastante suelto, ¡sorprendetemente suelto!, pasé por el Parque Cervantes y cogí la Circunvalación. Da gusto cuando notas como las piernas van medio solas, y aunque parezca que se me ha olvidado, da gusto comprobar como la ya no estoy lesionado de la pubalgia. Finalmente tomé la Avenida del Labrador, que así creo que se llama, al menos vulgarmente y aparecí por el "Canal" la canalización que se hizo en 1980 a raiz de las inundaciones del 1 de Julio de 1979 que se cobraron en mi pueblo la friolera de 21 vidas. Por último subí superbien por la Calle Seis de Junio, allá donde los franceses se las vieron y se las desearon para atravesar Valdepeñas en 1808, y fruto de aquel retraso provocado por los valerosos valdepeñeros, se dice (lo dice Benito Perez Galdós y el General Castaños entre otros) acabaron perdiendo la Batalla de Bailén por no llegar los refuerzos a tiempo; eso tuvo un coste para mi pueblo, un montón de muertos y el 20% de casas quemadas por el ejercitó galo. Y por fín bajé por la Avenida Gregorio Prieto, en honor de nuestro famoso pintor, pasé por el "Molino más grande del mundo", al menos eso reza en el cartel y terminé llegando a mi casa. He de decir que durante los 8 kilómetros que duró la rutilla no pensé en todas estas vicisitudes históricas, lo estoy pensando ahora, mientras escribo.

Pero como no tuve bastante, tras el trabajo de Manzanares esperé a mi mujer y juntos nos fuimos a correr al parque. No quería hacer mucho, pero nos encontramos allí a Juan Crespo, gran corredor, que estaba descalentando, en plena preparación de su Maratón de Amsterdam, en octubre (a buen seguro que si lo sabe hacer se marca un 2:42 o algo así). Fuimos charlando los tres, y lo hicimos a buen ritmo, tanto es así que veía a mi mujer bien esmerada en llevar la cadencia; cinco vueltas bastaron para decidir que era hora de recogerse, así que nos fuimos para casa sin relajarnos mucho. Total, otros 8 kilómetros al zurrón, por lo que podíamos decir que el día había sido fructífero.


sábado, 10 de septiembre de 2016

DOMINGO 4: 42,2 KILÓMETROS Y CON CALOR. ¡RÉCORD DE KILÓMETROS DE MERCHE!

El domingo madrugamos con la intención de que Mercedes hiciera a pie su distancia más larga jamás completada, es decir, superar una maratón. Ella con una cartuchera con dos botellitas de 250 centilitros y yo con mi mochila: isotónica, agua y algo de comida. A las 07:15 salíamos de casa cuando todavía hacía algo de fresquito, aunque se esperaba un día caluroso. En la foto se ve a Mercedes con pocas ganas de que se le viera la cara de sueño


Desde el principio contemplamos con alivio como las piernas de mi mujer "iban" y no tendría que sufrir desde el principio, tal y como había ocurrido la semana anterior. Cogimos un camino totalmente nuevo para mi, que partía de "Las Jaras" una empresa de jardinería y que nos llevaría hacia el sur-suroeste hacia Torrenueva. El Garmin me iba marcando la ruta y fuimos capeando la pendiente positiva de los primeros kilómetros, corriendo entre colinas (esa zona está llena de cerros de poca altura pero hay muchos). En mi caso las sensaciones no iban siendo buenas desde el principio, con bastantes molestias en la zona de la rodilla derecha y poca fuerza. Llegó el momento de llanear un poco y ahí pudimos coger un poco de ritmo. En cualquier caso pronto comenzaremos a sentir el calor, ya que no sería más de las 08:30 y ya estaríamos a 26 grados.
 




Pasamos por la Finca de la Virgen de Lourdes en el kilómetro 14 y un poco después cogimos la pista bien ancha que nos llevaría directos a la Ermita de La Virgen de la Cabeza que está a un kilómetro de Torrenueva. En esa fase agarramos un ritmo constante de 6´30´´ y conseguimos bajar la media de los 7´el kilómetro. He aquí una foto en la fuente de dicha ermita donde estuvimos parados unos 5 minutos.



A la reanudación de la marcha nos sentíamos bastante agarrotados, a pesar de llevar tan sólo 18 kilómetros. De ahí cogimos un camino por la margen derecha del Jabalón que nos llevaría hacia la zona de la Autovía A4, dirección noroeste, concretamente el Camino de Moral de Calatrava a Torrenueva. El calor ya se dejaba claramente notar y la distancia iba pesando, no así el ritmo que lo llevabamos controlado. En el 26 cruzábamos un puente sobre el Rio Jabalón y nos acercábamos a la autovía para coger la vía de servicio de la misma sentido Madrid para luego coger la carretera CM 3157 que une la cita autovía con Valdepeñas. A esas alturas sentíamos que estábamos cruzando el desieto del Serenguetti.


En seguida cogimos un camino paralelo a la vía del ferrocarri, y esos fueron probablemente los peores momentos de nuestra aventura, entre el 28 y el 31, hacia el norte, viendo allá a lo lejos el Cerro del Ángel. Pasamos por delante de la casa de campo de uno de mis compañeros de trabajo, donde alguna vez hemos cenado y echamos de menos que no estuvieran en la finca para poder darnos agua y ofrecernos su piscina. El ritmo había caído un poco con algunas paradas para refrescarnos o estirar y veía que lo quedaba se iba a hacer bastante duro, pero llegamos a una finca donde unas semanas antes nos habían ofrecido agua fresquita y mire usted por donde los dueños estaban allí, así que forzamos una nueva parada técnica cuando el termómetro marcaría unos 35 grados. Después de esto salimos con otros ánimos. Alcanzamos Camino del Ratón y en lugar de tirar hacia la derecha, para ir a la circunvalación del pueblo, fuimos a la izquierda, conforme marcaba el recorrido, hacia la autovía nuevamente. Tendríamos que cruzar a la otra parte e ir hacia el Polígono Entrecaminos. Eso hicimos y para paliar la falta de energía cogimos unas pocas pero estupendas uvas que nos dieron un poco de ánimo. La vía de servicio hacia el pueblo no fue muy dura, llegando al pueblo con fuerzas suficientes para seguir marcando un ritmo constante. Llegamos al parque donde hicimos la última parada técnica para refrescarnos cuando íbamos bastante tocados por el calor y de ahí a casa pasando por mi antigua empresa Mostos Internacionales, para volver por la Avenida de las Tinajas. Nos salieron 42,2 kilómetros y al parar me sentí bastante tocado tras más de 5 horas de trabajo físico y aguantar las altas temperaturas.

Pero Merche lo consiguió, creo que está ya preparada para la Doñana Trail.

 

miércoles, 7 de septiembre de 2016

SÁBADO 3: EL INICIO DE UNA SEMANA DURA CON UN ENTRENO TOTALMENTE OLVIDABLE

Habíamos programado una tirada bien larga para el domingo y estuve dudando entre si salir o no el sábado a correr. A Merche le habíamos eximido de tal obligación ya que bastante iba a tener en la jornada dominical. El caso es que sin mucha decisión y con pocas ganas salí a correr en aquella calurosa tarde, otra más de las muchas que llevamos de altas temperaturas. Cogí el carril bici desde su inicio en el pueblo hasta su final y desde ahí cogí el camino que bordea y que acaba derivando en la ampliación del cementerio y en definitiva en la Carretera de San Carlos. Circuito corto, de los que solía hacer cuando esto de correr era para mi un hábito dominguero que practicar una o dos veces a la semana y sólo por no estar siempre sentado. De alguna forma, el entreno me recordó a aquellos días en los que no era ni me sentía corredor. El regreso por la carretera no fue más emocionante, de hecho se me hizo hasta algo pesado. Llegué a casa cuando estaba a punto de anochecer y la idea de salir a dar una vuelta (son las Fiestas del Vino de Valdepeñas) de desvanecieron cuando Mercedes me dijo que no tenía ganas. 8 kilómetros que no sé muy bien para qué sirvieron más allá de acumular distancia en la semana. Eso sí, al día siguiente tocaba entreno bien largo: pretendía convertir a mi mujer en ultrafondista (entendido como tal aquel o aquella que cubre una distancia superior a una maratón).


sábado, 3 de septiembre de 2016

SIENTO QUE TODO VA A SALIR BIEN

Tengo la sensación de que las cosas van a salir bien. No puedo explicarlo, pero aquí estoy repasando viejas entradas en mi blog llenas de mil vicisitudes y obstáculos y me ha embargado ese sentimiento, como si ya hubiera superado suficientes cosas y sin embargo aquí sigo. No puedo explicarlo, pero recuerdo hace mucho tiempo que tuve esa sensación una noche, cuando las cosas no me iban bien, cuando estuve a punto de no correr más maratones; entonces pensé que la cosas cambiaría radicalmente y así fue. Así que sea simplemente un deseo, una intuición o un mensaje divino, lo que está claro es que me hace sentir bien.

Me voy a ir a correr un rato, a mover las piernas y mañana tengo que conseguir hacer de mi mujer una ultrafondista.


VIERNES 2: SEPTIEMBRE SE ABRE ANTE MI CON ILUSIÓN

Septiembre debería servirme para dos cosas: primera y muy importante, para afinar a Mercedes con unas 4 tiradas bien largas y prepararla para la Doñana Trail de primeros de noviembre; segunda, comenzar a coger ritmo metiendo entreno de más calidad, ya que en febrero tengo la Maratón de Castellón, otra oportunidad más de redimirme de tantos sinsabores. Y así comenzamos el mes, con esperanza e ilusión. Salí de casa bastante suelto (se notaba el descanso que me había tomado el jueves), y por la Carretera de San Carlos decidí meter una marcha más, para comprobar bien pronto que NO me van las piernas, no siento el ritmo y no voy cómodo cuando decido rodar por debajo de 5´. Llegué al Camino del Peral algo desanimado y cogí el carril bici dirección a casa, pero cuando torcí por el camino a dos kilómetros de mi hogar, decidí alargar el entreno yendo hacia la derecha, hacia la zona del aeródromo. La verdad es que fue una buena decisión, porque comencé a sentir que las piernas respondían un poco, y así, medio de noche, fui avanzando y mejorando un poco en mi cadencia. No llegué al aeródromo, sino que me fui por un camino que pronto se termina y me lleva a correr entre vides. Ya por el Carril del Yeso, a 2 kilómetros de casa, metí tres marchas más y encontré buenas sensaciones que fueron bienvenidas. Sólo fueron eso, 2 insulsos kilómetros, pero al menos ayudaron a borrar las malas sensaciones con las que se había desarrollado la sesión.

Ahora toca preparar este fin de semana que debería ser importante: el sábado saldré a realizar un entreno suave y breve y el domingo pretendo convertir a mi mujer en "ultrafondista" con un entreno que supere la distancia de la maratón. A ver si lo conseguimos.

En cuanto a la semana que acaba de cerrar cabe decir que había sido mucho más fructífera que la anterior, con 90 kilómetros acumulados, eso sí, cuando he tratado de meter un poco de caña la cosa no ha terminado de funcionar. Por su parte, Mercedes consiguió sumar 65 kilómetros en cuatro sesiones (la larga del sábado, la del lunes y la del martes conmigo y la del jueves, 10 kilómetros a ritmo que hizo sola).

 


MIÉRCOLES 31: INTERVAL DESASTROSO PARA CERRAR AGOSTO

Finalmente he conseguido no desenchufarme este verano, todo lo contrario, las tiradas largas que hecho con Mercedes y correr casi a diario me ha permitido acumular kilómetros, aunque no de mucha calidad. Por suerte lo de la pubalgia parece ser que se quedará ya para la historia como una muy mala experiencia, así que habrá que pulir muchos aspectos para volver a afilarme y conseguir correr rápido. El miércoles era el último día de un caluroso agosto que ha tenido hasta un trail incluido, y decidí realizar una sesión con un poco más de intensidad: interval de 5´fuertes y 5´suaves. El recorrido no iba a ser largo, de unos 10 kilómetros, así que no parecía que fuera a ser una gran complicación, sin embargo acabé teniendo uno de esos días más bien malos que me dejan claro que no acabo de estar bien. Desde el primer cambio que hice me costaba ir a ritmo, las piernas no iban y me sentía sin velocidad. En seguida, cuando bajaba el pistón la cosa mejoraba mucho y me animaba para el siguiente cambio, pero de nuevo, al comenzar éste veía en esos 5 minutos un pequeño marrón más que un disfrute. Sòlo a la vuelta pude ir algo más cómodo, pero no mucho. Además, las piernas llegaron a casa bastante cargadas, en esta ocasión la rodilla derecha que últimamente sentía algo cargada no se quejó, pero dio igual, hubo otros elementos que me impidieron se optimista. Mala manera de cerrar agosto, pero como decía al principio de esta entrada: al menos sigo en la pomada.


MARTES 30: OTRA VEZ CON MERCEDES Y DE NOCHE

El martes volvimos a salir a correr juntos. En esta ocasión hicimos el circuito clásico de la escombrera del Peral como yo le llamo: Camino del Peral, cruzamos la carretera en el kilómetro 4, pasamos por una gran escombrera que hay y regresamos por el Camino Alto del Peral (el de la Vega). Como habíamos dado un pequeño rodeo antes de empezar nos salieron unos buenos 11 kilómetros. En la parte final nos sorprendió la noche así que con el fresquito hicimos unos rápidos y buenos kilómetros. Noté a mi mujer bastante bien, suelta y rápida.


LUNES 29: MERCHE SE ANIMA AUNQUE NO LE TOCASE

El lunes por la tarde salimos los dos a correr. Fuimos al Parque Cervantes y la verdad es que mi mujer se encontraba suelta. Se nota que Merche asimila bien las tiradas largas porque su recuperación muscular es cada vez más rápida. Además, últimamente la rodilla le está dando un respiro y eso se agradece. Cuando llegamos al pulmón de nuestra localidad nos líamos de chachara con antiguo compañero del Club Extenuación que vive en Salamanca y había venido a pasar unos días, y tras esto dimos tres vueltas a buen ritmo, para luego regresar a casa por Felix Solís y la Avenida de las Tinajas. No fue un gran entreno pero sí una buena manera de soltar piernas para ella. Un total de 8 kilómetros y medio.


jueves, 1 de septiembre de 2016

DOMINGO 28: CORRIENDO EN LINARES. LOS MALES QUE EL TIEMPO DEJA

El sábado por la tarde fuimos a Linares para recoger a Inés que se había quedado una semana con los abuelos. Aprovechando que era la feria del pueblo de mi mujer pudimos salir por la noche a disfrutar de la misma. El día había quedado un poco marcado con los problemas mecánicos de nuestro Toyota Avensis, que a sus 255.000 kilómetros había decidido quejarse y el motor nos fue avisando a la ida de que algo no funcionaba bien. Pensé que lo mismo le pasa a las personas, cuando la armonía va siendo rota por el paso del tiempo y comienzan los problemas, al principio esporádicos para luego ser definitivos. Pero no nos pongamos tan negativos: le domingo por la mañana tocaba salir a descalentar y Merche no estaba muy por la labor, así que con un calor considerable salí cuando ya se acercaba el mediodía. Tomé el Camino Finlandia, luego la vía verde, para cuando me quedaban 3,5 kilómetros de vía coger la cuesta hacia el Camino de Vilches y llegado al cruce con el mismo continuar la vía hacia la circunvalación (me lo conozco de las tiradas hechas hacia el Pantano de las Fernandinas). Hacía tanto calor que me tuve que parar a refrescarme con el agua de riego de olivos que algún agricultor me dejó gustosamente. Pero por lo demás me sentía bien, poderoso. Las piernas iban, y como a mi me gusta, un pelín cargadas. Cogí una vía que discurría entre barandas de madera y que llevaba a la Santana, como luego descubrí, pasé por el campo de fútbol y tras esto casi por la puerta del antiguo domicilio de mis suegros, donde acabé despidiendo a mi mujer hace 15 años y medio la noche del primer día que la conocí. Subí hasta San José y de ahí al Camino Úbeda. Una buena tirada, y con mucho calor, que sumaba 13,5 kilómetros a los nada desdeñables 34,5 del día anterior. Sin duda había comenzado la semana con mucho brío.

A la vuelta a casa el coche siguió dando problemas, y como hemos podido comprobar, le ha llegado su primera gran enfermedad. El comienzo de su declive: avería que a punto ha estado de truncar nuestra relación definitivamente, pero que al final le daremos una segunda oportunidad.

SÁBADO 27: 34,5 KILÓMETROS MUY SUFRIDOS PARA MERCEDES Y CON LINCE INCLUIDO

Tras el descanso del viernes (nos fuimos de vinillos), habíamos cerrado una semana muy floja, Merche con apenas 48 kilómetros y yo con unos insulsos 67. Sabíamos que en septiembre había que ponernos bien las pilas porque el Doñana Trail está a la vuelta de la esquina. Todo hay que decirlo, le había prometido a mi mujer semanas atrás que en la segunda quincena de agosto no habrían más tiradas largas y claramente la había engañado ya que el domingo 21 habíamos hecho 28 kilómetros en Linares y esta entrada ya es en sí misma la crónica de una macrotirada.

El caso es que coinciciendo con el hecho de que la wikiloc ya me volvía a permitir descargar rutas al garmin, me procuré una rutilla para hacer una tirada el sábado, pero pronto me sentí huérfano así que consulté a Merche si estaba dispuesta a hacer una buena cantidad de kilómetros conmigo, y no me sorprendí mucho cuando asintió con su cabecita.

Tratamos de madrugar y a eso de las 8 menos cuarto de la mañana salíamos de casa para realizar un circuito muy similar al que semanas antes habíamos hecho con el Pozo de la Serna por punto intermedio (en aquella ocasión casi 33 kilómetros). Como novedad respecto a aquel había invertido el sentido de la marcha comenzando por el Camino de Don Bernardo para luego acabar tomando caminos más secundarios y llegar al municipio vecino. También había modificado un poco la vuelta para no hacerla tan monótona por el Camino de Ruidera.













Ya desde el comienzo, y pese a que dejé exenta de llevar peso a mi mujer, noté que la cosa no funcionaba bien, no iba cómoda, se sentía cansada, pesada, y por experiencias pasadas ya sé lo que eso supone, gran sufrimiento. En cualquier caso decidió no quejarse mucho y lo único en lo que más se notó fue en la imposibilidad manifiesta por su parte de llevar un ritmo constante. Cogimos el Camino de Don Bernardo y avanzamos con la dificultad que uno se encuentra cuando las cosas no ruedan bien, pero en cualquier caso la distancia se unió al  tiempo en su irremediable avanzar; al menos hacía fresquito, mucho más que en la semana anterior en Linares cuando por no madrugar pasamos una auténtica travesía por el desierto. 

La anécdota, o más que anécdota diría yo el acontecimiento, ocurrió cuando a unos 8 kilómetros del pueblo, en un cercado donde había gallinas pudimos ver a un extraño gato. En seguida comentamos ambos que parecía un gato montés, y pensé que en cuanto pudiera miraría en internet para ver si había de esa especie en la zona, y ahí se quedó la cosa... LLegamos al pinar que hay un poco antes del kilómetro 10, bajamos por el mismo y alcanzamos el cruce de caminos para elegir la vía que nos derivaría hacia la zona donde queríamos ir, y no, por ejemplo, a San Carlos del Valle, otra de las posibilidades. Por momentos Merche quiso coger un poco de ritmo y sentirse mejor, aunque no terminó de conseguirlo. Decir que apenas íbamos haciendo miniparadas y el ritmo medio no era malo del todo, aproximadamente 6´45´´ de media, incluyendo paradas. En el 12 tocó correr por un camino más irregular si hablamos del terreno y con pequeñas subidas y bajadas y fue ahí donde Merche comenzó a acusar su mal día. Fueron más de tres y medio kilómetros muy malos en los que el colofón se alcanzó al llegar al cruce de la carretera que une San Carlos del Valle con Pozo de la Serna. Fue allí donde Mercedes se paró y me dijo que no podía más. "Mercedes, quedan aún 20 kilómeros, tómate esto como el entrenamiento del sufrimiento, ya que puede que te veas así en el Doñana Trail". Le dí una pastilla de BCAA, se tomó otra media barrita y siguió corriendo por inercia, hasta que dando un pequeño rodeo llegamos a la fuente de agua que nos esperaba en Pozo de la Serna. Llevábamos 17 kilómetros y medio, justo en la mitad del recorrido, pero veía complicado lo de recuperar a mi mujer para que terminásemos con buen fin la tirada. Por un momento hasta nos planteamos el que ella se quedara allí y me esperara a que yo fueseal pueblo y la recogiera con el coche para volver a buscarla. Pero el agua siempre ayuda, a veces hace milagros. Tras beber, refrescarse, comer otro poco y descansar unos 10 minutos, reanudamos la marcha con otro ánimo, aunque no con más fuerzas con las mismas pocas fuerzas con las que habíamos parado. El caso es que fuimos dejando atrás ese pueblo y sólo por el hecho sentir que estábamos de regreso, acercándonos poco a poco a nuestro destino, supongo que obtendría ánimos. El caso es que le fue cambiando poco a poco la cara, fue acumulando kilómetros y en esa guisa me fui sintiendo cada vez más optimista.

Eso sí, la media había quedado destrozada con el parón, en casi 7´30´´, y aunque fuimos reduciéndola poco a poco, bien sabía que esa sesión no iba a ser la más rápida, pero quizá sí una buena experiencia. En el 26 y poco dejamos el Camino de Ruidera (esto era un pequeño cambio planificado en el recorrido hecho semanas antes) y cogimos un camino que nos llevaría a la Carretera de Cózar. El calor ya era considerable, pero pese a todo Merche ya iba 100% adaptada a las circunstancias y sin quejarse, haciendo kilómetros incluso por debajo de 6´30´´ pese al cansancio acumulado. En el 30,5 alcanzamos la mencionada carretera y de ahí ya directos a casa. Aún hubo que subir la corta pero pronunciada cuesta que nos llevaba a la Carretera de San Carlos del Valle en la salida del pueblo, pero ya estaba todo el pescado vendido. Por fin llegamos a nuestro hogar con 34,5 kilómetros recorridos a un ritmo medio de 7´20´´, en un entreno que a buen seguro Merche no olvidará para lo bueno o lo malo.

Horas después entré en google para comprobar si los gatos monteses formaban parte de la fauna de nuestro término municipal, y efectivamente así era. Pero cual fue muy sorpresa al descubrir que comparando la fisonomía de un gato montés con un gato doméstico, las diferencias no son muchas, sin embargo el animal que habíamos visto tenía la cola muy muy corta y redonda, como una bolita, además, era sensiblemente más grande que un gato. "Mercedes, ¿no se trataría de un lince?". No hay linces en nuestra zona que yo sepa. Así que me puse a investigar y mire usted por donde que sí, sí que hay, tras el programa de LIFE IBERLINCE  http://www.iberlince.eu/index.php/esp/ desde 2014 vienen introduciendo linces en nuestra zona (Sierra Morena Oriental), de hecho en la zona de Torre de Juan Abad, a unos 20 kilómetros de donde vimos a aquel animal, encontraron muertos dos linces hace tres años, pero se estima que en la zona puede haber en torno a unos 18 linces e incluso hay camadas recientes que hacen ser optimistas en cuanto al futuro de este animal. Por tanto, llegamos a la conclusión de que aquello era un lince que trataba de sobrevivir comiendo gallinas, no muy lejos de donde fue introducido (pueden tener una zona de influencia equivalente a 50 kilómetros de radio).

Por desgracia no cuento fotos de esta aventura, ni mucho menos echamos foto alguna a aquel lince, pero se nos quedará para el recuerdo aquella estampa