RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 10 de septiembre de 2016

DOMINGO 4: 42,2 KILÓMETROS Y CON CALOR. ¡RÉCORD DE KILÓMETROS DE MERCHE!

El domingo madrugamos con la intención de que Mercedes hiciera a pie su distancia más larga jamás completada, es decir, superar una maratón. Ella con una cartuchera con dos botellitas de 250 centilitros y yo con mi mochila: isotónica, agua y algo de comida. A las 07:15 salíamos de casa cuando todavía hacía algo de fresquito, aunque se esperaba un día caluroso. En la foto se ve a Mercedes con pocas ganas de que se le viera la cara de sueño


Desde el principio contemplamos con alivio como las piernas de mi mujer "iban" y no tendría que sufrir desde el principio, tal y como había ocurrido la semana anterior. Cogimos un camino totalmente nuevo para mi, que partía de "Las Jaras" una empresa de jardinería y que nos llevaría hacia el sur-suroeste hacia Torrenueva. El Garmin me iba marcando la ruta y fuimos capeando la pendiente positiva de los primeros kilómetros, corriendo entre colinas (esa zona está llena de cerros de poca altura pero hay muchos). En mi caso las sensaciones no iban siendo buenas desde el principio, con bastantes molestias en la zona de la rodilla derecha y poca fuerza. Llegó el momento de llanear un poco y ahí pudimos coger un poco de ritmo. En cualquier caso pronto comenzaremos a sentir el calor, ya que no sería más de las 08:30 y ya estaríamos a 26 grados.
 




Pasamos por la Finca de la Virgen de Lourdes en el kilómetro 14 y un poco después cogimos la pista bien ancha que nos llevaría directos a la Ermita de La Virgen de la Cabeza que está a un kilómetro de Torrenueva. En esa fase agarramos un ritmo constante de 6´30´´ y conseguimos bajar la media de los 7´el kilómetro. He aquí una foto en la fuente de dicha ermita donde estuvimos parados unos 5 minutos.



A la reanudación de la marcha nos sentíamos bastante agarrotados, a pesar de llevar tan sólo 18 kilómetros. De ahí cogimos un camino por la margen derecha del Jabalón que nos llevaría hacia la zona de la Autovía A4, dirección noroeste, concretamente el Camino de Moral de Calatrava a Torrenueva. El calor ya se dejaba claramente notar y la distancia iba pesando, no así el ritmo que lo llevabamos controlado. En el 26 cruzábamos un puente sobre el Rio Jabalón y nos acercábamos a la autovía para coger la vía de servicio de la misma sentido Madrid para luego coger la carretera CM 3157 que une la cita autovía con Valdepeñas. A esas alturas sentíamos que estábamos cruzando el desieto del Serenguetti.


En seguida cogimos un camino paralelo a la vía del ferrocarri, y esos fueron probablemente los peores momentos de nuestra aventura, entre el 28 y el 31, hacia el norte, viendo allá a lo lejos el Cerro del Ángel. Pasamos por delante de la casa de campo de uno de mis compañeros de trabajo, donde alguna vez hemos cenado y echamos de menos que no estuvieran en la finca para poder darnos agua y ofrecernos su piscina. El ritmo había caído un poco con algunas paradas para refrescarnos o estirar y veía que lo quedaba se iba a hacer bastante duro, pero llegamos a una finca donde unas semanas antes nos habían ofrecido agua fresquita y mire usted por donde los dueños estaban allí, así que forzamos una nueva parada técnica cuando el termómetro marcaría unos 35 grados. Después de esto salimos con otros ánimos. Alcanzamos Camino del Ratón y en lugar de tirar hacia la derecha, para ir a la circunvalación del pueblo, fuimos a la izquierda, conforme marcaba el recorrido, hacia la autovía nuevamente. Tendríamos que cruzar a la otra parte e ir hacia el Polígono Entrecaminos. Eso hicimos y para paliar la falta de energía cogimos unas pocas pero estupendas uvas que nos dieron un poco de ánimo. La vía de servicio hacia el pueblo no fue muy dura, llegando al pueblo con fuerzas suficientes para seguir marcando un ritmo constante. Llegamos al parque donde hicimos la última parada técnica para refrescarnos cuando íbamos bastante tocados por el calor y de ahí a casa pasando por mi antigua empresa Mostos Internacionales, para volver por la Avenida de las Tinajas. Nos salieron 42,2 kilómetros y al parar me sentí bastante tocado tras más de 5 horas de trabajo físico y aguantar las altas temperaturas.

Pero Merche lo consiguió, creo que está ya preparada para la Doñana Trail.

 

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