RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 20 de septiembre de 2016

SÁBADO 17: MERCEDES SE CUAJA UN ENTRENO DE CASI UNA MARATÓN AL 85% DE SU TOPE

Estaba por llegar ese entreno que nos dijera a las claras que Merche ESTÁ más que nunca. El domingo teníamos viaje a Madrid por lo que decidimos pasar la tirada larga al sábado, la que iba a ser la antepenúltima macrotirada antes de la Doñana Trail. Marqué un circuito totalmente llano (89 metros de desnivel positivo en 41,5 kilómetros). Se trataba de ir hacia la Vega (camino del Bajo Peral hasta el Camino Carretas y luego coger una senda que nos llevaría casi directos a Consolación, un barrio de Valdepeñas que se encuentra entre Valdepeñas y Manzanares en plena autovía AIV. Allí teníamos previsto comprar agua en la gasolinera y coger un camino hacia Finca Castellanos en el pie de Sierra Prieta, a unos 9 kilómetros de la gasolinera para desde allí, con algún rodeo regresar a Valdepeñas por la zona de la Carretera de Ciudad Real. Yo salí con la mochila y dos botellitas a medias con isotónica, también algo de comida en forma de turrón y barritas. Merche iba con su chaleco Salomon pero con sus botellitas flexibles vacías, por no llevar peso. ¡Como se nota el fresquito de la mañana!, invita a correr y de hecho eso ocurrió, que cogimos ritmo y decidí que no deberíamos soltarlo, así que cuando pronto nos vimos por debajo de 6´15´´ insté a Merche a que fuera valiente y conservara la cadencia. Como iba cómoda no nos costó ir bajando la media y llegar a la gasolinera Repsol no nos costó mucho, de hecho invertimos poco unas 2 horas en realizar los más de 18 kilómetros y medio, a una media por debajo de 6´19´´. 

Ya en gasolinera decidí parar el crono y no ir a reloj corrido. Iba a ser un entreno de ritmo y no era cuestión de estresarnos mucho, así que nos comimos una chocolatina, fuimos al baño, llenamos las botellas con el agua comprada y nos pusimos en marcha tratando de recuperar la cadencia, cosa que hicimos sin muchos problemas. Cogimos el camino que llevaba a Finca Castellanos haciendo algunos kilómetros en 6´pelados, es decir, continuaba la buena marcha, pese a que ya hacía algo más de calor y las piernas no iban tan frescas. En el par de paradas breves que hicimos decidí parar el crono y llegamos a Finca Castellanos, en el kilómetro 27 conservando todo lo conseguido. A medio kilómetro de la finca nos alcanzaron dos ciclistas, mire usted por donde eran mi hermana Mari Carmen y mi cuñado, que nos acompañaron algo menos de dos kilómetros, en pendiente positiva, y nos ayudaron a llevar mejor esta parte más durilla del recorrido. Luego vino la prolongada bajada hasta el cruce de caminos donde teníamos que tirar a la derecha y alejarnos un poco, pero íbamos tan bien que decidí cambiar el recorrido e ir directamente a casa, sacrificando algo menos de 3 kilómetros de entreno, pero tratando de conservar el ritmo, algo que Mercedes logró, incluso marcándonos kilómetros en 6´pelados cuando lo que estaba haciendo era una casi maratón por caminos, con peso y calor. Una crack. Finalmente salieron 38.120 metros a una media de 6´19´´ en 04:00 horas. Por hacer una comparación, en Helsinki hace poco más de un año hizo 04:15 en una maratón por asfalto y el sábado habría podido bajar de 04:20.

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