RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 24 de octubre de 2016

JUEVES 20: MERCHE Y LA LLUVIA CAYENDO EN LA NOCHE

Otro ejercicio de superar la desgana que resulta de cambiarse ya de noche para salir a correr, cuando estamos en periodo de relajación. Menos mal que todavía no hace frío. Sin embargo el jueves lo que sí hacía era amenaza de lluvia. Salímos con la idea de hacer un entreno suavito, y de hecho fuimos relajados al principio cogiendo el Camino del Peral tras dar un rodeo previo. Pero Mercedes se encuentra tan bien que no tuvo más que calentar su tibial para empezar a coger ritmo. Llegamos a la zona de la caballeriza donde cogemos el camino de la izquierda que luego lleva a cruzar la Carretera de La Solana y tiramos para la escombrera que hacía una imponente sombra en la noche. Regresábamos por el "camino de la vega" que así lo tengo bautizado ya empapados por la llovizna pero con buenas sensaciones, en uno de esos entrenos en los que apetece estar y fui picando a Merche para que no descuidara el ritmo, lo cual logró. Cuando quedaban algo más de 3 kilómetros nos quedamos sin foco (la luz se apagó por falta de batería) pero la luz del pueblo se reflejaba en la nube que estaba descargando el agua y se veía bastante bien. Llegamos a casa bastante contentos con otros 11 kilómetros bien empleados en un ritmo bastante por debajo de 6´ el kilómetro.

Con esto habíamos cerrado la semana, ya que el viernes tocaba descanso: ella con unos decentes 56,50 kilómetros en semana de tapering y yo con 76 kilómetros que tampoco están mal.

 


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