RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 24 de diciembre de 2016

JUEVES 22: GRADAS Y CAMBIOS DE RITMO

El jueves tocó ir al Parque Cervantes. La desmotivación había crecido de nuevo, un ciclo de altibajos que se debe en gran medida a esta díficil época del año, corriendo con frío y de noche. Malos tiempos para preparar maratones..

Pero me calcé las viejas zapas y me fui al parque. Buenas sensaciones de nuevo, cero molestias y me veo en el Parque con la mente dispuesta a no hacer mucho, esa es mi enemiga. Hago dos series de gradas que me cuestan mucho, incluso siento molestias en la pequeña lesión que he arrastrado en la parte baja interior de la rodilla derecha, ¡vaya!, pero tras las gradas hago un cambio de ritmo de unos 400 metros en los que no siento molestias, y me quedo tranquilo; eso sí, no he ido muy allá. Paso de nuevo por las gradas y otra vez dos series, éstas mucho mejor, y mejor el cambio de ritmo, ¡ahora sí", la tercera y cuarta vuelta con gradas y cambio son aún mejores que la anterior, y decido no tentar mucho a la suerte e irme a casa, dando un rodeo grande por Felix Solís, Avenida de las Tinajas completa y vuelta larga por Calle Amapola. El final es bueno, no en ritmo pero sí en sensaciones, y resultan unos casi 10 kilómetros que siento que me vendrán bien, como así fue.


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