RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 23 de marzo de 2017

EL POZO PROFUNDO Y OSCURO SIN FONDO

El color negro no admite matices, es negro sin escalas, pero para eso están los grises, en aumento hasta llegar a lo más oscuro de nosotros mismos. Hace tiempo que llegué a la conclusión de que ya había llegado al tramo de la escala donde se absorbe el 100% de las ondas de luz, sin embargo esta creencia parece ser que no era real, no había llegado al tope, porque de un tiempo a esta parte he tenido progresión "negativa" hacia los límites que tienden al infinito en la "difícil digestión" de las tonalidades más sombrías...tanto es así que me temo que este blog esté degenerando en su uso hasta convertirse en un arma con la que reflejar toda mi negatividad autocomplaciente (he de decir que esa utilización consuela bastante).

No, quiero confundir con estos párrafos..., pese a todo estoy ávido, ansioso, por experimentar cosas buenas; tanto es así que me imagino llorando como un niño si LO BUENO me invade aunque sea en pequeñas dosis, pero mientras tanto tocará echar de menos eso que no llega y tendré que seguir sintiendo mi propio hastío. Aún así NO PUEDO DEJAR DE CORRER, y es que esta enfermedad que sufro obvia cualquier mal del espíritu, ya se llame depresión, sentimiento de fracaso, impotencia, ansiedad, estrés o paranoia.., las piernas te piden a gritos que las saques a pasear y no puedes evitarlo. Por ello, entre tanto desazón, me he procurado un pequeño plan para tratar de salir de esta mi última lesión, una losa de hormigón más de entre las que me están oprimiendo el pecho. Inicialmente decidí descansar nueve días y sólo he podido estar parado tres. El riesgo que asumí tuvo su pequeña recompensa ayer, cuando pude correr sin apenas molestias, y algo tan nimio como eso supo a mi paladar como una jugosa recompensa.

Soñaría con vivir en las antípodas de donde este viviendo, y en mi sueño aparecería el "flow"...viéndome flotando mientras corro; estaría dispuesto a disfrutar, aunque fuese un poquitín y durante sólo un par de minutos, viéndome rebozado en la harina de la despreocupación y abrazando la fortuna de sentir "en positivo". Soñaría mucho, pero no despeguemos en demasía los pies del suelo que el vuelo puede ser inestable y la caida puede hacernos daño, y ya todo duele demasiado..., vamos empezar por conformarnos con que esta dichosa incapacidad que persigue a mi pierna izquierda pase a la historia, se quede atrás y después trataremos de dar el segundo paso hacia un negro más blanquecino.






No hay comentarios :

Publicar un comentario