El lunes pasado decidí no darle descanso ni a mi cuerpo ni a mis isquios, en lo que quizá fue una decisíón arriesgada pero motivada por la necesidad de dar un giro al estatu quo que me tiene a medio gas y con bastante desmotivación. Volvía a creer en que la pierna me respondería y así fue: salí a hacer poquito y finalmente realicé un entreno bastante completo, con subida al Cerro del Ángel, para empezar, y por la zona más dura, luego tiré por detrás de los Cerros de la Aguzadera y en lugar de regresar a casa por el Carril del Yeso lo hice por el camino de detrás del Aeródromo. En la última parte sentí las piernas algo fatigadas pero los isquios no se quejaron y comencé a pensar que la lesión está en una buena fase de recuperación. En cuanto al ritmo tampoco fue un trotecillo, intermedio diría yo, y finalicé bastante bien.
Algo más de 12 kilómetros.
No hay comentarios :
Publicar un comentario