RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 17 de abril de 2017

DOMINGO 16: 33,4 KILÓMETROS CON TORO INCLUIDO

Era una sensación casi extraña, al menos casi olvidada, esa de acostarme con ganas de comerme muchos kilómetros al día siguiente. Las piernas están comenzando a pedirme guerra y tengo ese sentimiento poco habitual de notar ganas por competir, ¡buena señal!. Me acosté temprano, y es que cuando llegan las 22 horas me siento bastante cansado últimamente, y a las 07:30 ya estaba en pie desayunando. Merche tardó algo más en desperezarse, y entre esperar a que se tomara su desayuno y ultimar los preparativos en forma de mochila y avituallamientos, no pudimos salir hasta las 08:30 horas

Sobre el papel un recorrido que pintaba bonito: salida por Camino de Vilches, para coger después la JA-5102 dirección hacia el Embalse de las Fernandinas, desviando hacia el Complejo "Las Garzas", pasar por los viveros, subir el Cerro de Las Mancebas, por el Camino del Radio Faro, Urbanización de La Cruz, tirar rumbo norte por unas sendas inexploradas por mi parte, y hacer una especie de circuito que se adentraba en los montes que hay entre Guarromán y Linares, pasar por la carretera que une estas dos localidades, ya de vuelta, acabar en la Urbanización de La Cruz y de ahí a Linares; 33 kilómetros tenían la culpa...

Salgo cargado con mi mochila, en el caso de ella su chaleco, cogiendo el Camino de Vilches y pronto sufro un Deja vu, y es que compruebo que a Merche le cuesta coger el ritmo, como ya ocurriera en alguna mañana que otra allá en Linares en el verano pasado, justo por el mismo camino. El caso es que necesita 3 o 4 kilómetros para coger sensaciones hasta que nos vemos subiendo por la cuesta pronunciada de la carretera que lleva a Las Garzas. Vamos bien, sin prisa pero sin pausa. Llegando al cruce que nos permite elegir si seguimos hacia Las Fernandinas o tiramos hacia Las Garzas, nos alcanza un corredor con quien entablamos conversación, resulta ser otro corredor de montaña, afincado en Girona pero con claro acento linarense. Vamos juntos hasta casi el complejo deportivo, justo hasta el momento que le invito a que siga a su ritmo ya que le vamos frenando. Hasta ese momento el ritmo medio debe ser en torno a 6´20´´ no menos, pero como decía, eso no importa. Cogemos el camino asfaltado que nos lleva a los invernaderos y viveros, zona que conocemos aunque nunca he llegado hasta allí por dicho camino. Voy tan suelto que en varios momento me siento agradecido y es que estoy disfrutando como hacía mucho tiempo que no disfrutaba. Alcanzamos el camino que lleva a Guarromán, ya en los invernaderos y cogemos la senda que bordea el cerrillo que nos acercará a la subida por el Camino Radio Faro, y es ahí donde Merche me echa un par de fotos que están colgadas en la wikiloc, y es que la aplicación descargada en el móvil de esta página, es fabulosa porque nos permite seguir la ruta a la vez que nos deja añadir fotos a la experiencia.

Subimos el Cerro de las Mancebas casi en un abrir y cerrar de ojos, pese a que ya hace calor; Merche no anda ni un solo metro, todo corriendo y ni nos enteramos, ¡hemos llegado a las antenas!. Unos pocos minutos después ya estamos en la Urbanización La Cruz y en esta parte del recorrido kilómetro 15 toca ir con cuidado y mirar el móvil porque no mel o conozco. Efectivamente, nos cuesta bastante encontrar la senda por donde tenemos que bajar, pero finalmente conseguimos disfrutarla..., al menos durante unos minutos. Pero un kilómetro más abajo la senda se difumina y terminamos perdiéndonos, nos encontramos y continuamos por una escorrentía, marcada como camino erróneamente, pero conseguimos avanzar; el ritmo ha decaído con tanta incidencia, pero no nos importa mucho. Finalmente logramos continuar por un caminín mejor marcado, aunque no se han terminado ahí las incidencias...

En el 17 llegamos a un cruce y vemos senderistas, pero nosotros hemos de continuar hacia la Mina Juanita, la cual encontramos no muy lejos de allí, en un montón de caminos interlazados. El caso es que allí nos topamos con una valla justo en el camino y rodeamos, buscamos, entramos por otra valla lateral adentrándonos en el camino marcado, sin caer en la cuenta que hay muchas razones por las que poner un obstáculo para que la gente no entre..., una de ellas podría ser para evitarles peligros...

El camino es bonito y no caemos en la cuenta de que hay bebederos entre las ruinas de edificios que antaño fueron explotaciones mineras. Es entonces cuando a unos 100 metros vemos un montón de ganado, son toros y vacas, y  en Jaén toro significa toro de lidia la mayoría de las veces, así que continuamos por el camino con la adrenalina disparada, tanto que nos disfrutamos de un precioso tramo en cuesta lleno de jaras; Merche va contrariada diciéndome que nos hemos metido en un lío, pero pronto nos topamos con una nueva malla de alambre en el camino, ¡ya está!, ¡solucionado!, ya salimos de la finca privada; arrastramos el culo para pasar por debajo y no necesitamos más de 10 segundos para ver ante nosotros un pedazo toro pasar justo por donde tocaba ir. Merche se da media vuelta arrastra el culo y entra (o sale) de la finca a la voz de ya, yo hago lo propio y toca decidir qué hacer. O cambiamos el recorrido buscando un camino de los muchos que salen por allí, o bien volvemos sobre nuestros pasos hasta Mina Juanita y ya allí vemos. Finalmente hacemos esto último, volvemos a pasar cerca de la manada de reses y alcanzamos la mina, salimos de la finca privada y nos hallamos en el cruce de caminos. No me cuesta buscar una ruta alternativa desistiendo del recorrido original; hemos de ir por el camino que sale de frente, que paradójicamente es el que habríamos traído de vuelta en la ruta inicial; ese camino nos lleva a la carretera, y ya vamos respirando aliviados sintiéndonos en camino público, eso sí rodeados de fincas privadas. Llegamos a la carretera justo un poco antes de la Urbanización de San Roque, toca subir y mucho, pasamos la urbanización y nos dirigimos hacia la Urbanización de La Cruz, cogiendo una senda que sube ligeramente. Esos son los momentos más complicados para Merche, que lleva bastante calor y 25 kilómetros a las espaldas. Terminada la senda cogemos el carreterín hacia la urbanización para luego tomar el Camino de la Virgen, recorrido que conozco bien de haberlo hecho en infinidad de ocasiones, la primera vez en aquella sufrida Media Maratón de Linares de 2009. Mercedes se ha recuperado ya y cogemos ritmo en ligera pendiente negativa, nos ponemos por debajo de 6´, por debajo de 5´30´´ y alcanzamos la Ermita de la Virgen de Linarejos justo cuando llevamos 31 kilómetros. Bebemos agua fresquita de la fuente y el resto ya fue un paseo por las cuestas de San José hasta la casa de mis suegros. Finalmente 33,4 kilómetros en poco más de 4 horas, pero computando todo tipo de paradas, descansos y despistes, a 7´25´´ el kilómetro. Muy buen entreno que a mi me supo hasta a poco, hubiera seguido corriendo.

Os pego el enlace de la wikiloc, con fotos incluidas: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=17265224


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