RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 13 de abril de 2017

DOMINGO 9: TRAIL DE 18 KILÓMETROS EN EL RIO MADERA

Merche estaba preocupada con la subida al Pico Peñalta, que habíamos subido andando la tarde del día anterior, pero yo sabía que no era para tanto. Sin Garmin, nos descargamos el app de la wikiloc que permite cargar y seguir rutas y mapas y busqué una ruta que pasaba justamente por nuestro hostal y que subía al citado pico, para luego bajar por zonas boscosas, al principio poco técnicas y luego bastante más complicadas hasta la aldea llamada Las Mohedas. Desde ahí tocaba ir paralelo al curso del río Madera hasta el hostal, casi 19 kilómetros según lo descargado.

Nos levantamos un poco más tarde de las 7 y sin más salimos a correr en una mañana fresquita pero ideal. Íbamos siguiendo las señales amarillas y blancas de la ruta PR del día anterior, y por si acaso también íbamos vigilando el móvil. La subida de unos 4 kilómetros fue mejor de lo esperado, aunque quizá Mercedes anduvo más de lo que hubiera debido, pero es que creía que iba a se más duro y se estaba reservando. Nos pusimos en lo alto sin gran esfuerzo y desde hay toco llanear y bajar por caminos y sendas preciosas. Pronto vimos balizas de un trail anterior, que extrañaba que no hubieran retirado. También íbamos siguiendo las marcas amarillas y el móvil, pero nos despitamos un poco y nos salimos de la ruta haciendo un atajo que a la postre supuso realizar un kilómetro menos. Lo del nombre de la ruta "de la torta" viene por el hecho de que nos fuimos sin desayunar pero echamos una torta de azúcar que habíamos comprado el día de antes en Ayna, y que realmente salvo la vida de mi mujer, ya que le dio la fuerza necesaria para correr tan temprano.




















 Fue un disfrute discurrir por sitios tan bonitos, y también tuvimos nuestra bajada técnica antes de llegar a Las Mohedas. La última parte la hicimos por carreterín de asfalto porque le perdí la pista al recorrido del móvil, que discurría más cercano al curso del río, pero da igual, mereció la pena. En 2 horas 26 minutos nos habíamos ventilado los casi 18 kilómetors con +870 de desnivel positivo. Un buen entreno, sobre todo para mi mujer.

No vimos ciervos como si ocurrío en la ruta senderista del día anterior, pero está claro que mola más hacer entrenos así que correr entre vides.





No hay comentarios :

Publicar un comentario