RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 29 de mayo de 2017

SÁBADO 20: ¡DOBLAJE 14,5 +13,5!

Definitivamente los cambios han venido y espero que quieran quedarse una temporada. Me siento 100% corredor y he consolidado mi estado de forma, ahora estoy donde pedí por activa y por pasiva estar en muchas ocasiones cuando no veía más que sombras.

Tanto es así que el sábado por la mañana Merche y yo nos aventurábamos a hacer una tiradilla calurosa saliendo de la Finca Castellanos. No vimos a nadie por allí así que tuve que poner un cartelito en el parabrisas que rezaba algo así como: "Estamos corriendo; he buscado a alguién a quien pedir permiso para dejar el coche aquí, pero no he encontrado a nadie; disculpen las molestias". 

Cogimos la senda que lleva a paso de la sierra por Finca Amparo y pronto notamos que el calor iba a ser protagonista. Merche bien con su rodilla pero algo falta de fuerzas. Subimos hasta alcanzar el Camino de Peñalba y mi intención era llegar hasta el cortafuegos, que dista a unos 8,5 kilómetros de Finca Castellanos, pero se nos echaba el tiempo encima y sólo nos dio para llegar a la zona de explanada de donde parte el camino hacia las antenas, y allí dimos media vuelta desandando el camino trazado. La vuelta la hicimos a mejor ritmo y en la zona de pendiente negativa nos pusimos a "meter caña", demostrando Merche una vez más que está fuerte. Llegamos al coche tras algo más una hora y treinta minutos y 14,5 kilómetros de casi trail. Lo mejor fueron las dos Coca Colas que nos esperaban entre hielo en el maletero.

No quedé muy conforme con el entreno por lo que por la tarde me calcé las zapas y me fui a hacer el Circuito de la Vega. Iba suelto y con ganas de apretar algo que hice en algunas fases. Me sentí en varias ocasiones muy afortunado por las sensaciones que me están regalando, nada que ver con lo vivido tantos meses seguidos en el pasado. Pasé por el Peral donde me refresqué y es que el calor hacía mella, y allí saludé a mi amigo Leandro que me regaló un "se te vé hecho un máquina", o algo así.

Había acumulado 28 kilómetros muy buenos en un doblaje que eso sí, me dejó las piernas bastante cargadas, pero era una muy buena manera de comenzar una semana de carga.


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