RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 8 de agosto de 2017

DOMINGO 6: BUEN ENTRENO 14,3 KMS

El domingo bien temprano seguía con el buen hábito de madrugar y me disponía a meter un poco de ritmo después del largo pero suave entreno del sábado. Desayuné demasiado y en seguida me dí cuenta que había metido la pata, ya que cuando me ví corriendo, además de sentirme cansado y pesado también me sentía indigesto, tanto es así que a pesar de llevar un trote "cochinero" no me sentía con fuerzas de continuar y tuve que parar en dos ocasiones, la última a la altura del cementerio. El caso es que a partir de esa segunda parada, me recuperé prácticamente del todo y sentí que me iban las piernas. Subí por la Finca la Gatera estupendamente y bajé hacia el valle del Arroyo del Peral bastante fuerte. Había cogido un buen ritmo crucero que no quería abandonar. Subí sin problema alguno al Albergue Juvenil El Cañaveral y bajé a las Aguas muy suelto, tanto es así que sentía que me estaba saliendo uno de esos entrenos que se quedan grabados. La cuesta que sube al camino de vuelta a casa, pese a ser considerable, no me cortó el buen ritmo y me ví bajando a casa como si fuera compitiendo, tanto es así que casi no me enteré que estaba finalizando el entreno de lo que estaba disfrutando. Ya en las inmediaciones del final me crucé con Mercedes quien iniciaba su entreno. Yo terminaba realizando unos 14 kilómetros y medio bastante buenos y ella, pese que le había dicho que no forzara e hiciera un entreno regenerativo, finalmente hizo unos 13 kilómetros a una media de 5´37´´ pero que le costaron bastante. Luego le eché la bulla por haber forzado tras el considerable tute del día anterior.


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