RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 6 de enero de 2018

RECORDANDO LA TRAYECTORIA

Y esto de aquí es un intento por recopilar los años que llevo corriendo de continuo, sin dejarlo. Así como por el camino perdí 14 kilos, monotonía y a cambio gané muchos amigos, grandes sensaciones y me acostumbre a sentir (lo bueno y lo malo):

2.010

Es el año en el que nace el propósito de meterme de lleno en esto del running. Ya había corrido cuando era adolescente, y también lo hice esporádicamente en algunos momentos de mi vida, pero fue de manera intermitentemente. El hecho que me hace ponerme en serio es:

Media Maratón de Lisboa: en marzo de 2.010. Fuimos Merche y yo a la "Ciudad de la Luz" más por turismo que por otra cosa. La carrera era tan sólo una excusa. Allí habíamos quedado con mi amigo Jorge Cuenca, que también tenía por hobby correr. Mi baja forma física, con 14 kilos de peso más que ahora y sin entrenamientos continuos a la espalda hizo que lo pasara muy mal: 1 hora 55 minutos, andando y corriendo desde el kilómetro 15 y llegando totalmente desfondado.

Ahí va una foto:


Media Maratón Rural de Sigüenza: desde ese momento trato de ponerme las pilas y ya en verano de ese año comienzo a salir periódicamente en torno a 4 días a la semana. En octubre disputo la segunda media del año, la Media Maratón Rural de Sigüenza, a la que llego con 3 o 4 kilos menos pero aún no estoy en forma. Toca una segunda decepción, ahí también está mi amigo Jorge Cuenca que me vuelve a ganar. Una fotillo:


De nuevo me veo en el kilómetro 14 o así totalmente hundido, andando y tratando de avanzar. Este segundo fiasco duele tanto a mi amor propio que es cuando reviso el tema de aumentar el número de días de salir a correr, entrando eso de correr ya a forma parte de mi rutina de vida. El tiempo que hago en Sigüenza es bastante mejor que el de Lisboa, 1 hora 48 minutos.

2.011

Finales de 2.010 es crucial para lo que va a venir después. El calendario de 2.011 va a estar cargado de medias maratones en las que poco a poco voy a ir mejorando tiempos:

Media Maratón de Santa Pola de enero: una media masificada que me vino bien para foguearme. En esta ocasión disfruté bastante más y el bajón me vino en la parte final, teniendo que andar un poquitín, pero se puede decir que es un punto de inflexión. El tiempo hecho 1 hora 42 minutos 19 segundos. Un acicate para seguir entrenando.

Media Maratón de Valdepeñas: la siguiente cita la tenía en casa, en febrero, y la verdad es que no me lo pasé tan bien como en Santa Pola, ya que creo que me colé de ritmo. En esta ocasión mejoraba mi marca haciendo 1 hora 41 minutos 41 segundos.


Media Maratón de Bolaños, en marzo: no había pasado mucho más de un mes cuando ya estaba corriendo la tercera media del año. La primavera me estaba sentando muy bien y podía comprobar como iba dando pasos hacia adelante en la mejora de mi estado de forma. Cuajé una buena media en la que no recuerdo tener bajón importante en el ritmo. Supe mantener la cadencia aunque todavía la última parte se me atragantaba en demasía. Nueva marca: 1 hora 39 minutos 3 segundos, bajaba de la barrera de los 1:40.


Maratón de Zaragoza: entrábamos en mayo, un mes importante para mi en aquel año, y nos desplazábamos la familia hasta la capital de la Comunidad de Aragón. Aquella media tuvo su mal momento, ya que hubo una fase en la que lo pasé muy regular, pero de nuevo volvía a bajar marca, 1 hora 37 minutos 48 segundos.


Media Maratón de Almagro: nos hizo una fabulosa mañana y yo la aproveché para poner un buen broche a un magnífico mes de mayo. Corrí bien y continuo toda la media para hacer 1 hora 34 minutos y 20 segundos. En cinco meses había bajado 8 minutos, estaba en la senda adecuada.





10 kilómetros de AFAD de Valdepeñas: en junio probaba con los 10 kilómetros y lo pasaba regular, no estaba habituado a ritmos tan altos. El tiempo: 41 minutos 58 segundos.


Media Maratón de Alcázar de San Juan: el verano fue para mantener la forma y justo en agosto inauguraba este blog, sin duda mi soporte para seguir corriendo. Pero en octubre iba a romper la racha positiva de bajadas de marca con una media maratón en la que lo pasé muy mal en la última parte, llegué sin fuerzas y mareado. El tiempo 1 hora 38 minutos 22 segundos. Fue una decepción importante porque había llegado al otoño en muy buen estado de forma, en el mejor de todo 2.011, con otro par de kilos menos, pero no fue mi día.



Media Maratón Rural de Miguelturra: aunque puede desquitarme con la última media del año, sin duda la mejor, donde más disfruté y donde me consolidé corriendo. Tras esta media supe que ya no podría parar fácilmente. El tiempo fue magnífico: 1 hora 30 minutos 0 segundos. Al llegar a meta me sentía flotar.


Antes de terminar el año ya había decidido correr la Maratón de Estocolmo en junio de 2.012, así que había que tomárselo muy en serio.

2.012

El invierno fue de nuevo vital en mi mejora. Intensifiqué los kilometrajes y quité descansos, no en vano tenía ante mi un reto mayúsculo: correr una maratón. La primera competición fue en febrero...

Media Maratón de Valdepeñas: de nuevo en casa, y muy motivado. Fue una media bien corrida, manteniendo el ritmo, nada que ver con la misma cita del año anterior, y por supuesto batí mi marca: 1 hora 27 minutos 50 segundos.


Media Maratón de Albacete: se acercaba la fecha marcada en el calendario, en Estocolmo, y tras una primavera en la que trabajé muy bien para llegar bien de forma decidí correr en Albacete para hacer un buen test. Quizá fue el calor, quizá la ambición o la presión, o salir demasiado rápido, pero fue un auténtico fiasco, ya que me hundí en el 13 y tuve que andar y andar. El crono hecho fue horrible: 1 hora 35 minutos 52 segundos, propio de los tiempos del año anterior.




Maratón de Estocolmo: llegó mi día soñado tras unos días espectaculares en la capital de Suecia, y resultó un auténtico día de perros, impropio de aquellas fechas, con viento, frío y mucha lluvia. Aún así disfruté la maratón casi hasta el final, cuando el tío del mazo me sacudió bien, pero no anduve e hice un crono aceptable, 3 horas 22 minutos



10.000 de AFAD Valdepeñas: ya era maratoniano, pero me quise probar un par de semanas después corriendo el 10 de mi pueblo, y lo pasé regular. El tiempo 41 minutos 47 segundos, algo mejor que el del año anterior, pero no quedé satisfecho.




10.000 de Piedrabuena. Es entonces cuando ficho por el Pozo Norte, ya que conocía a Marisol Gijón en la maratón de Estocolmo. Tenía ganas de dar el callo en ese 10.000 y fue estupendo, aunque me costó: 39 miutos 35 segundos, la primera vez que bajaba de 40 minutos. La cosa comenzaba a ponerse seria.



Media Maratón de Puertollano: el otoño fue duró, porque me había inscrito a la Maratón de Valencia y estaba decidido a mejorar mi marca de Estocolmo. Me apreté las clavijas y conseguí mi peso óptimo, poco más de 60 kilos, notando en seguida una mejora. Sin embargo en Puertollano todo salió mal en un día muy negro en el que lo pasé fatal. Un crono de 1 hora 32 minutos y 51 segundos muestran un mal registro en el que no anduve, pero sin duda no era una marca acorde con mi momento de forma.


Media de Alcázar: en octubre de aquel año me puse como test para Valencia la media de Alcázar, a la que llegué en un mar de dudas porque los entrenos no me estaban saliendo bien, incluso orinaba sangre (era infección en la orina). El caso es que para mi fue una sorpresa el resultado de aquella magnífica media en la que batí mi marca en casi 3 minutos, 1 hora 25 minutos 09 segundos. ¡Ya estaba listo para Valencia!.



Maratón de Valencia: llegué en un muy buen estado de forma tras completar un duro plan, pero quizá fue demasiado ambicioso y tampoco medí  las condiciones de humedad que había. El caso es que jugueteé con cronos que no me correspondían y acabé andando desde el 34 y lo que fue peor, llegó el momento que no podía andar y un ataque de calambres terminó conmigo, en el 39. La aventura acabó en el hospital.



10.000 de Daimiel: dos semanas después, en la primera semana de diciembre, me calzaba las zapas con mucha rabia contenida y un problema de cintilla en mi rodilla. Entre grandes dudas y mucha impotencia contenida corrí aquel 10.000, sabiendo que me encontraba muy bien, y la carrera resultó a día de hoy, el 10 kilómeros más disfrutado por mi. El crono fue estupendo 37 minutos 15 segundos, mejorando mi mejor marca en más de 2 minutos.



Maratón de Castellón: la maratón de la segunda oportunidad. Estuve a punto casi de dejar de correr, al menos maratones, pero a la vista de mi rendimiento en Daimiel, Merche me dio una segunda oportunidad y en un viaje relámpago nos fuimos a Castellón, tres semanas después del trauma de Valencia. Fue una maratón extraña, con mucho miedo, de menos a más y haciendo algunos kilómetros demasiado rápidos, que acabaron con mis fuerzas ya al final, pero no anduve y el crono fue estupendo para mi: 3 horas 4 minutos. Me había resarcido de lo de Valencia.



2.013: mi mejor año pero complicándose al final

Media Maratón de Torremolinos: lo cierto es que llevaba ya unas semanas inscrito a la Maratón de Roma, cuando me ocurrió lo de Valencia. Hizo que se tambaleara todo, pero visto lo de Castellón, todo volvió a la normalidad. 2.014 se abría ante mí lleno de posibilidades, podía ser mi año, y de hecho lo fue, al menos el invierno y la primavera. A esa media iba lleno de dudas después de casi dos meses sin competir (desde Castellón). Había bajado el pistón de los entrenos pero aún así sentía que flotaba cada vez que corría, con unas sensaciones que ya no he vuelto a tener. En Torremolinos, dura donde las halla, hizo unas condiciones horribles de viento y aún así batí mi marca, no sin sufrir: 1 hora 23 minutos 59 segundos.



Media Maratón de Valdepeñas: era el tercer año consecutivo que corría en casa, y llegaba en todo lo mejor. Las piernas me iban solas, y a peser de todo tenía miedo de pifiarla. Pero no lo hice, me salió una muy buena carrera en la que disfrute desde el principio hasta el final. Mi mejor marca hasta el momento con 1 hora 21 minutos 47 segundos. Subí al cajón como 4º local.



Maratón de Roma: y llegamos a "mi momento", mi carrera soñada. Llegaba a Roma sabiendo que me encontraba muy bien, pero también partiendo de la premisa de que era una maratón muy dura por el adoquinado. Llegué con dudas, como casi siempre y sólo cuando dieron la salida fue cuando pude comprobar que todo iba a salir bien. Disfrute desde el principio hasta el final, me reservé y bajé de las 3 horas, 2 horas 58 minutos



10.000 de Minaya: tras Roma aproveché el tirón para correr en Minaya en mi mejor marca, pese al estar indigesto por una comida demasiado copiosa y pese al viento. 36 minutos 32 segundos, mi mejor marca hasta ahora.


10.000 de Manzanares: llegué a este 10.000 en buen estado de forma pero esa tarde hacía un calor excesivo y pequé de muy ambicioso. Salí demasiado rápido en el 6 tuve que parar. De hecho me retiré, pero tras más de un minuto parado reanudé la marcha y encontré las sensaciones. Pese a todo hice una buena marca de 38 minutos 19 segundos. Era mi primer fiasco de ese año.



Media Maratón de Almagro: tras lo de Manzanares comprobé como las cosas iban a peor muscularmente. Comencé a sentir tensiones en los isquios y aún así no bajé el pistón. El cambio de zapatillas tampoco me ayudó mucho. Aún así, y pese a estar tocado de mi pierna derecha corrí en Almagro con buenas sensaciones e hice una muy buena marca, quizá a mejor rendimiento que en Valdepeñas (por eso de estar mejor medida), 1 hora 22 minutos 5 segundos



Los 102 kilómetros de la Madrid Segovia: el verano fue extraño, bastante cargado muscularmente tenía que ponerme a tono con tiradas largas y afrontar mi primera prueba de ultrafondo. No estaba preparado para ese tipo de pruebas, al menos a nivel logístico, y pagué la novatada. Terminé con un ataque de calambres en el 65 tras sufrir mucho desde el 50. Fue el segundo fracaso, el mayor fiasco del año. Y se me quedó una espinita clavada. También era mi PRIMERA RETIRADA desde que empecé esta nueva etapa en 2.010.


Media Maratón de Alcázar: tras la Madrid Segovia necesitaba comprobar cómo me encontraba, sobre todo partiendo de la base de que me había inscrito a la Maratón de Málaga y pretendía mejorar marca,  y sin grandes aspiraciones me medí en Alcázar donde para mi sorpresa me salió una buena maratón en la que quizá adolecí de falta de ritmo. 1 hora 25 minutos 15 segundos eran un crono bastante digno.



10.000 de Socuéllamos: tenía la oportunidad de mejorar con las aspiraciones puestas en Málaga y en Socuéllamos me dí de bruces con un 10.000 que pudo conmigo. Un 38 minutos y muchos segundos y falto de sensaciones.

Media Maratón de Ciudad Real: me hallaba bastante cargado y las zapatillas me estaban dando lesiones en forma de periostitis, cargas en los isquios, así que lo que me ocurrió en Ciudad Real no fue una sorpresa del todo. Lo pasé muy mal sin ritmo y hundiéndome al final. 1 hora 29 minutos



Media Maratón de Benidorm en noviembre: y así fue como acabé cayendo al hoyo, con la forma cada vez a menos, con las piernas diciéndome basta, con zapatillas más ligeras que a la postre me provocaron la lesión. En Benidorm fui a bajar de 1 hora 20 minutos, totalmente convencido de mis posibilidades y en el 10 se me contrajo el femoral derecho provocándome una lesión de la que no supe salir. Me retiré de la carrera, MI SEGUNDA RETIRADA, la segunda también del año, porque me quería reservar para Málaga que era dos semanas después.

Maratón de Málaga: fue un claro punto de inflexión. Llegué a Málaga entre algodones, con el riesgo de romperme, y pese a que los primeros 10 kilómetros iba con el globo de las 3 horas y muy cómodo acabó sucediendo, se me contrajo el isquio y pese a todo corrí a la pata coja el resto de la maratón, otros 30 kilómetros. Esto también me acabaría pasando factura, pero aprendí a que se me bajase la moral, la autoestima, a ser humilde, ayudé a un corredor a terminar y no me duelen prendas al decir que estoy orgulloso de haber hecho 4 horas y pico en esa prueba. Desde esa carrera soy un verdadero maratoniano.



2.014

Maratón de Sevilla: Lo sucedido en Málaga me dio mucho que pensar. Además, unos días después me acabé rompiendo del todo con un hematoma que hablaba por sí solo. El problema es que ya estaba inscrito con antelación a la Maratón de Sevilla y tenía que ponerme a tono en unas pocas semanas, pero antes tenía que arreglar lo de mi pierna. Hasta enero no pude entrenar con normalidad y no me bastaron 7 semanas de plan para llegar en buen estado a Sevilla, al menos no para correr a tope. Es sin duda la peor de las maratones disputadas, totalmente hundido desde el 28, andando, sin ritmo y haciendo 3 horas 30 minutos, y lo que vino después, un gran problema digestivo.






10.000 de Mocejón: lejos estaba de aquel maravillos invierno de un año antes, pero aún así los isquios estaban bastante mejor y decidí correr un 10.000 a tope. Noté que estaba a un mundo de mi mejor momento e hice unos segundos por debajo de 39 minutos.



Media Maratón de Bolaños en marzo: apenas recuerdo esa media maratón, pero existir existió. La corrí casi por castigo y no forcé mucho, no estaba para hacerlo. 1 hora 26 minutos no me dejaron muy mal sabor de boca.


La Quijote Legend, 49 kilómetros Yeste-Riópar: algo estaba cambiando en mi. Tenía la oportunidad de disputar mi primera prueba de montaña, tras unos cuantos entrenos, y lo hacía a lo grande, con una prueba dura con mucho desnivel positivo. Desde Sevilla había tenido puestos mis sentidos en esa prueba y la verdad es que mi debut en la montaña no estuvo mal, aunque me vino un poco largo en la parte final. Ya supe de mis problemas digestivos en este tipo de pruebas cuando en los últimos avituallamientos no me entraba nada. El crono fue bueno: 6 horas y 11 minutos, a menos de una hora del primer clasificado.



Trail Sierra de la Mosca, de Cáceres: me enfrentaba a mi segunda prueba de montaña, en esta ocasión bastante menos dura que la anterior y de nuevo disfruté bastante, aunque ya me tocó ir captando la dureza de esta disciplina, totalmente distinta al asfalto. 2 horas 51 minutos para cubrir los 31 kilómetros.



La Trijoteman: en junio me liaron para hacer el relevo de media maratón en una prueba de triathlon. El nadador y el ciclista eran buenos y teníamos posibilidades de llevarnos algo. Pero pese a que el nadador dio el testigo el primero el ciclista se perdió, así que me tocó esperar y luego salir a correr ya sin ningún aliciente. La media fue casi un castigo corriendo solo y sin saber muy bien porque lo hacía. Hice 1 hora y 29 minutos a Dios gracias.



La maratón de montaña Camins de Cabres: para mi hay un antes y un después en lo que a superar sufrimiento se refiere. En agosto, en plenas vacaciones corría esta maratón nocturna de montaña muy técnica y con una humedad del 95%, tanto es así que a los pocos minutos ya iba chorreando de sudor. Estuve al borde de la deshidratación y acalambrado, pero con la ayuda de otros montañeros que me dieron sales, pude seguir y completarla en 8 horas y pico, no fue mal crono teniendo en cuenta la prueba



Los 102 kilómetros de la Madrid-Segovia: me había preparado a conciencia a lo largo del verano esta ultra, que me había llevado a retirarme el año anterior. Ese verano estuvo marcado por un nuevo concepto de correr donde importa menos el ritmo y más el aguante físico a estar horas y horas en movimiento. Esa prueba fue un regalo para mi alma, la disfruté entera y para colmo los últimos 12 kilómetros los hice por debajo de 5´el kilómetro. 12 horas y 38 minutos y podía haber sido una hora menos si me lo hubiera tomado con menos calma en las paradas.



Media Maratón de Alcázar de San Juan: por primera vez en muchos meses volvía a sentirme orgulloso de mi mismo, como en la primavera de 2.013. Sin muchas aspiraciones, pero con la necesidad de coger ritmo para la Maratón de Valencia, a la cual estaba inscrito, corrí la Media Maratón de Alcázar, y me sorprendió encontrarme tan bien, pese a no haber entrenado para ello en muchos meses. El crono fue bueno: 1 hora 24 minutos 15 segundos.



Maratón de Valencia: segundas oportunidades. Regresaba a Valencia para terminar lo que había quedado inconcluso en 2.012 y a fe que lo conseguí, no sin antes llevarme un susto en los isquios de mi pierna derecha, pero puede continuar sin problemas y hacer 3 horas 11 minutos, un poco decepcionante por el final, en el que me hundí, pero contento en general.



2.015

Media Maratón de Bolaños: la montaña me habia enseñado a ver las cosas con más calma, el ulfrafondo me había enseñado a sufrir y los fiascos me habían mostrado que muchas veces las cosas salen del revés. Terminé 2.014 con bastante carga y así comenzó 2.015. Además, me comenzaba a acostumbrar a realizar muchos entrenos con Mercedes que definitivamente se había enganchado a esto del running, y eso me hacía preocuparme menos de mi y más de ella. Así que en marzo competí en una de las pocas ocasiones en que lo haría en ese 2.015, en Bolaños. Venía corriendo de otra manera, con otra técnica, y así conseguí descargar mis isquios, y de esta forma hice una inesperada media en 1 hora 22 minutos y 50 segundos, la última media competitiva que he hecho hasta ahora.

Trail Sierra de la Mosca: otra vez en Cáceres, en esta ocasión correría el trail corto nocturno y al día siguiente el trail largo con Merche. Fue una sorpresa positiva mi rendimiento, hice 1 hora 28 minutos en 18 kilómetros duros de montaña, y casi piso podium. Había recuperado un buen estado de forma.



102 kilómetros Madrid-Segovia: entre mayo y agosto estuve ayudando a preparar a Merche su primera maratón hasta que me comunicó la organización de la Madrid-Segovia que había sido invitado a correrla, así que sin mucha preparación específica me tocó disputarla. Desde junio había una sombra en mi cuerpo, la pubalgia, mi cintura era como si se rompiera, y me iba a perseguir muchos meses. Esa Madrid Segovia estuvo marcada por la ambición, el riesgo y el dolor de cintura, hasta que ésta dejó de fastidiarme y lo que sentí fue un hundimiento que me llevó a tener que hacer 50 kilómetros sin fuerzas y hundido. 12 horas 58 minutos y sin disfrutar como el año anterior, pero con la satisfacción de haber ganado la bastalla a la larga distancia.



2.016

Maratón de montaña Sierra de Tentudia: el resto de 2.015 fue muy malo con mi pubalgia, y el inicio de 2.016 fue igual, sin poder entrenar bien, con muchas molestias, así que no estaba para muchas competiciones. Sin embargo asumí el riesgo de correr esta maratón de montaña que sin ser muy dura iba a ser exigente, y lo hice tras un proceso gripal y sin estar en mi mejor momento. Me ví en el 28 con una ampolla y bastante cansado, pero puede completarla en algo más de 4 horas.



Trail Cueva Cabrera en  La Guardia, Jaén: corría en abril este trail en forma de media maratón, que no era muy técnico, pero arrastrando los dolores de la pubalgia. Lo pasé regular en las bajadas y aún así quedé satisfecho con mi tiempo de 2 horas 4 minutos, a un tris de subir al podium.



Trail Cursa L´Airosa: aprovechando las vacaciones en Salou corrimos este durísimo trail con el calor de la tarde y pese a ser sólo 18 kilómetros pesó como una losa. Lo pasé bastante mal pero al final pude con él, ya estaba superando mis problemas de pubalgia por fin.



Trail de Onil: habíamos ido en mayo y la suspendieron, así que en la segunda oportunidad, en octubre fuimos a correrla. Por fin buenas sensaciones, aunque al final me vino un poco largo, clara muestra de que estaba un poco flojito. Teníamos los entrenos enfocados a Mercedes y a su primer ultra trail en Doñana, y eso se notó.



Ultra Trail de Doñana: aunque era un reto de Merche lo pongo aquí para significar uno de mis mayores fracasos, porque yendo de liebre de mi mujer me quedé en el 55 bastante tocado por el estómago. Ella se fue adelante y yo conseguí terminar sin más, los 73 kilómetros, aunque necesite asistencia en la ambulancia. Esto marcó un antes y un después.




2.017

Trail Pies Negros de Baños de la Encina: preparando la Maratón de Castellón los isquios de mi pierna izquierda se tensionaron y tuve que dejar la preparación y centrarme en Merche. Aún así corrí este trail con demasiados riesgos y tuve que soportar la lesión. Suerte que no me rompí. No empezaba bien el año.
 


Trail Reto Victor Araque, Jamilena: tras algún trail corriendo con Merche y sintiéndome bastante bajo de autoestima corro este duro trail y las sensaciones fueron buenas hasta que me hundí en la última parte. Aún así esta prueba marcaría un punto de inflexión. Había dejado atrás mi lesión de isquios.


Trail Villa de Casares

Llegado mayo encontré el estado de forma que tanto había buscado, y no sé como fue. En este trail me encontraba ligero, todo fluía, y disfrutaba como no recordaba; iba a ser mi primer podium hasta que me perdí, y aún así hice 5º en la categoría. Me preocupó el hundimiento final pero sabía que algo estaba cambiando.


Ultra Trail de los Castillos

Puse mis esperanzas en esta prueba de 63 kilómetros sabedor de que me encontraba bien, y disfruté hasta que inusitadamente en el 30 sufrí un problema digestivo con vómitos. Aguanté hasta el 42, y después tocó ambulancia. Era la TERCERA PRUEBA EN LA QUE ME RETIRABA.




Mineros Trail: afrontaba este duro trail lleno de rabia y mi estado de forma respondió con mi primer y único podium. La alegría que sentí fue indescriptible.



La Pencona: en Aldeanueva de la Vera, era el campeonato de montaña de Extremadura y llegué en mi mejor momento. Difícil disfrutar tanto con tanta dureza. Me quedé cuarto de mi categoría en la que es sin duda mi mejor prueba de montaña hasta ahora.



Trail Espiritu Santo: el verano pasó sin pena ni gloria, con largas tiradas y ninguna competición. A duras penas logré mantener la forma y en este trail me llevé una de mis mayores decepciones, cuando iba sufriendo y disfrutando a partes iguales, y para podium, pero inexplicablemente me quedé sin piernas y acalambrado a 5 kilómetros de la meta. MI CUARTA RETIRADA, la segunda del año.



Trail Puerta del Infierno: fue mi redención, lo disfruté hasta el final y llegué fuerte, pero no hubo suerte con el podium.



Trail Cumbres Hurdanas del circuito de Cáceres: en esta ocasión hice una buena carrera, inteligente, pero me destrocé el talón al final, pese a no bajar el ritmo y llegar fuerte bien sabía que ya no podría correr la Maratón de Valencia como yo habría querido, y eso pasó, el resto de 2.017 se fue al traste.



Y ahora que he hecho este repaso de todo lo hecho de forma individual (no cuento aquí todas las carreras que he corrido acompañando a mi mujer que son muchas: entre ellas cuatro maratones, casi una docena de medias maratones, y otro tanto de 10.000), veo el 2.018 con excepticismo, y sin pretensiones, recién reseteado y dispuesto a dejar que el viento me lleve haciendo donde sople caprichosamente.


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